“Se vuelve un activo clave para impedir su uso indebido en redes sociales y sitios de comercio electrónico”

Hernán Bobrovsky, abogado especialista, explica cómo es el proceso y su costo

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Registrar una marca es un proceso que permite contar con la exclusividad de un nombre y un signo distintivos para un negocio de un rubro determinado. El Occidental dialogó recientemente con Hernán Bobrovsky, titular del estudio de abogados Phoebus, con quien abordamos algunos de los puntos fundamentales del trámite y su relevancia tanto para grandes proyectos como para pequeños emprendimientos.

“Registrar una marca es importante para negocios de cualquier tamaño porque permite estar tranquilos y saber que no será necesario cambiar el nombre del negocio a lo largo de su vida. A la vez, se podrá evitar que otros utilicen el mismo signo para identificar sus propios productos o servicios del mismo rubro”, explicó el especialista.

Además, teniendo en cuenta la creciente importancia de la presencia digital, “se vuelve un activo clave para impedir el uso indebido de la marca den redes sociales y en sitios de comercio electrónico”.

Actualmente, un trámite de estas características puede llevar aproximadamente un año. El costo a abonar ronda los 2210 pesos por sellado oficial para cada clase de registro. Los honorarios de un profesional pueden variar entre tres y cinco veces el valor del sellado.

El proceso en sí consiste en una gestión administrativa en el INPI, la cual consta de una solicitud en la que se describe el signo a registrar y la determinación de la clase o rubro en el que deberá aplicarse la protección. “Durante el proceso, terceros pueden oponerse al registro y también puede que el examinador del INPI haga observaciones al respecto. Superados esos obstáculos, la marca saldrá concedida al año, por un período de una década y podrá renovarse todas las veces que uno quiera”, describió Bobrovsky.

Otro punto importante es que, inicialmente, no es necesario que la marca se encuentre en uso. Es decir, puede registrarse un signo sin la necesidad de encontrarse trabajando en el mercado. “Luego de los primeros cinco años, es necesario presentar una declaración jurada comprobando que efectivamente la marca esté en uso. Desde nuestra firma, nos encargamos de realizar el informe de viabilidad, efectuar la solicitud, obtener el registro y luego ejercer la custodia durante toda su vigencia, además de informar acerca de posibles nuevos intentos de registro”, detalló el titular de Phoebus.

Sin embargo, desde el estudio aconsejan comenzar a utilizar la marca cuanto antes, siempre que se haya realizado una búsqueda y haya podido asegurarse de que no se está infringiendo el derecho de un tercero. El uso público, pacífico y continuado genera derechos en Argentina porque se puede invocar una marca de hecho.

El alcance de la protección se circunscribe a la clase de productos o servicios solicitados por la marca. Actualmente, la clasificación Niza que rige a nivel mundial contiene 34 clases de productos y 11 de servicios. Una firma que se expande y suma nuevas variantes de productos y servicios a su actividad deberá efectuar un nuevo registro para cada incorporación.

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