Deckar, la firma nacida en Roldán, proyecta reinvertir el 30% de sus márgenes e instala su primer centro logístico en Buenos Aires

Abrirá un showroom en General Rodríguez, sumará puntos en Pilar y Canning, y busca crecer con un modelo comercial propio, similar a una franquicia, que promete recuperar la inversión en 12 meses.

Compartir:

Deckar, la empresa especializada en revestimientos acrílicos y cementicios que nació en Roldán en 2011, avanza con un ambicioso plan de expansión que incluye la reinversión del 30% de sus márgenes operativos en infraestructura y nuevos puntos de venta. El proyecto tiene su punto fuerte en Buenos Aires, donde en los próximos dos meses pondrá en marcha un showroom y centro logístico en General Rodríguez para abastecer toda el área metropolitana.

Fundada por los hermanos Pablo y Alejandro Castillo, Deckar pasó de ser un pequeño emprendimiento local a consolidar una estructura productiva con una fábrica de 1.000 m², un showroom y centro de distribución de 600 m² y una nave industrial nueva de 1.700 m², todos en Roldán. Según Javier Bosseti, referente de la firma, el desembarco en Buenos Aires responde a la necesidad de apuntalar un mercado que consideran “clave para la rentabilidad” y que ya proyecta futuras aperturas en Pilar y Canning.

Actualmente, Deckar cuenta con locales exclusivos en ciudades como Santa Fe, Paraná, Esperanza y Resistencia, además de una red de más de 40 distribuidores y revendedores oficiales en provincias como Córdoba, Santiago del Estero y Entre Ríos. En el corto plazo, planean inaugurar nuevos puntos en Victoria, Funes, Rosario y Santiago del Estero, mientras consolidan su operación internacional con un centro en Ciudad de Luque, Paraguay.

Uno de los pilares de la expansión es su modelo comercial propio, similar a una franquicia, que ofrece a los distribuidores asistencia técnica, listas de precios especiales, cálculo de inversión y apoyo en el diseño del negocio. Según Bosseti, ese esquema permite que los nuevos puntos de venta alcancen volúmenes de facturación dos o tres veces por encima del mínimo necesario para recuperar la inversión, con un plazo promedio de 10 a 12 meses para amortizar el desembolso inicial.

Otro diferencial clave está en la capacitación. La empresa realiza cursos permanentes para pintores y aplicadores, orientados principalmente a su línea insignia de revestimientos texturados y microcementos, lo que alimenta una red de mano de obra especializada que luego recomiendan a sus propios clientes. “No brindamos el servicio de aplicación, pero el pintor que se capacita con nosotros muchas veces se convierte en aplicador de estos productos”, explicó Bosseti.

Mientras avanza el proyecto en Buenos Aires, la compañía mantiene el foco en fortalecer su logística regional y cerrar alianzas que faciliten la operación fuera del país. “Nuestra prioridad sigue siendo consolidar la marca en Argentina, con Buenos Aires como epicentro, pero también miramos la región”, concluyó Bosseti.

Otras Noticias