Inversiones en tiempos de cambio: pesos que rinden, dólares que esperan

Camila Labanca, de la firma Nasini, analiza el nuevo clima de inversión en Argentina, donde el escenario de dólar estable e inflación en descenso redefine las estrategias para ahorristas grandes y pequeños. Bonos CER, obligaciones negociables y acciones energéticas, entre las claves del nuevo mapa financiero.

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Después de años en los que el mantra del inversor argentino fue «todo al dólar», el mercado muestra un giro interesante. La calma cambiaria y una inflación que, si bien persiste, comienza a moderarse, están provocando un cambio de paradigma. Así lo explica Camila Labanca, especialista de la firma rosarina Nasini, al analizar el nuevo clima de inversiones:

“Hace un año que las estrategias cambiaron en las carteras. Hoy los clientes piden inversiones en pesos que les permitan acompañar la inflación. Antes todo estaba en dólares y el benchmark era la inflación americana. Pero el contexto cambió: tenemos un dólar calmo y una inflación en pesos que genera incluso una especie de ‘inflación en dólares’ en el país”.

Ese cambio empuja a los inversores —grandes y pequeños— a revisar sus apuestas. Pero no se trata solo de elegir pesos o dólares: la clave está en el plazo, el riesgo y la moneda de preferencia. “Antes nadie quería invertir a largo plazo en pesos. Hoy esa duda aparece en cada conversación con los clientes”, advierte Labanca.

Para los más conservadores, las obligaciones negociables (ON) en dólares de empresas sólidas como Vista ofrecen una rentabilidad del 7% anual en moneda dura. “Es una opción muy buena para quienes buscan previsibilidad, ya que hablamos de renta fija con flujos conocidos”, explica la especialista. También hay bonos soberanos en dólares para quienes están dispuestos a asumir riesgo público.

Para quienes se animan a los pesos, surgen alternativas que superan al tradicional plazo fijo. Los bonos ajustados por CER, los bonos duales y los Bonos Boncap permiten cubrirse ante la inflación, con retornos reales positivos. “En caso de un repunte inflacionario, los bonos CER son una cobertura interesante”, agrega.

Y para los perfiles más arriesgados, la renta variable también ofrece oportunidades. En Estados Unidos, algunas acciones como Google vuelven a verse atractivas, pese a los riesgos globales como la guerra de aranceles o la deuda norteamericana. En el plano local, Labanca sigue apostando al sector energético: “Las empresas vinculadas a Vaca Muerta tienen mucho valor a largo plazo. Mis favoritas siguen siendo YPF, Pampa y Vista. Aunque el precio del petróleo siempre es una variable a monitorear”.

De cara al segundo semestre, la especialista proyecta un escenario en el que el tipo de cambio seguiría estable, con una inflación en baja y un flujo de inversiones genuinas que permita sostener esa estabilidad. “La cuenta corriente está complicada con este dólar a $1200, pero la gran ganadora debería ser la cuenta financiera. Si ingresan inversiones reales, hay margen para sostener el rumbo”.

Sin embargo, el panorama sigue siendo desigual. Sectores como el agro y la energía muestran signos claros de recuperación, mientras que otros, como la construcción, permanecen rezagados. “El desafío es remonetizar la economía y comenzar a bajar las tasas reales, que siguen altísimas. Si el camino económico se mantiene firme, eso debería comenzar a suceder”.

En este nuevo ciclo, invertir ya no se trata de seguir la receta tradicional, sino de leer el clima, diversificar y ajustar según cada perfil. Y en ese juego fino, como señala Labanca, el inversor argentino vuelve a mirar el peso… pero con estrategia.

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