Líderes internacionales, incluso de izquierda, han señalado la «violación de la voluntad popular» del narcodictador al que el régimen ha dado la victoria con el 51,2% de los votos, mientras que los sondeos a pie de urna le daban un 30% frente al 70% de la oposición. De hecho, la líder opositora María Corina Machado ha afirmado que el presidente electo es Edmundo González y ha hecho un llamamiento a los militares ante «la elección presidencial con el mayor margen de victoria en la historia».
En lo que respecta a América, las opiniones han llegado desde el centro y el sur del continente, desde donde se han mostrado dudas por el recuento que otorga a Maduro la victoria que le haría permanecer al frente del país hasta 2031.
De hecho, una de las voces más críticas ha sido la del presidente de Chile, Gabriel Boric, reconocido por ser un dirigente de izquierdas. Ha expresado que los resultados que defiende Maduro «son difíciles de creer» y ha advertido de que su Gobierno no reconocerá «ningún resultado que no sea verificable».
«El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer. La comunidad internacional y sobre todo el pueblo venezolano, incluyendo a los millones de venezolanos en el exilio, exigimos total transparencia de las actas y el proceso, y que veedores internacionales no comprometidos con el Gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados. Desde Chile no reconoceremos ningún resultado que no sea verificable», ha detallado.
También desde Chile, el ministro de Exteriores, Alberto van Klaveren, ha corroborado que no reconocerán ningún resultado en caso de que éste no sea verificable: «Es importante esperar la opinión de los observadores internacionales, así como el examen de todas las actas, que deberán ser revisadas por la oposición».
Perú ha condenado «la sumatoria de irregularidades con voluntad de fraude por parte del Gobierno de Venezuela en todos sus extremos». Además, como ha revelado el ministro de Exteriores andino, Javier González-Olaechea, el país ha movido ficha y ha llamado a consultas a su embajador en Caracas «ante los muy graves anuncios oficiales de las autoridades electorales venezolanas».
La reacción de Guatemala apunta que «Venezuela merece resultados transparentes, certeros y apegados a la voluntad de su pueblo». «Recibimos con muchas dudas los resultados anunciados y los informes de las misiones de observación», ha explicado el presidente guatemalteco Bernardo Arévalo.
Al uruguayo Luis Lacalle Pou no le ha sorprendido el fraude de Maduro, dado que «era un secreto a voces» que el chavismo se impondría en los comicios tras un proceso electoral «viciado» desde el primer momento, razón por la que su país tampoco reconocería su reelección porque «no se puede reconocer un triunfo si no se confía en la forma y los mecanismos utilizados para llegar a él».
República Dominicana, directamente, ha «repudiado categóricamente» la «fraudulenta» proclamación de Maduro como presidente de Venezuela. «Trabajaremos con los Gobiernos democráticos del continente y los organismos internacionales para lograr que se respete la voluntad sagrada del pueblo», ha manifestado.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha mostrado su seria preocupación por no respetar la voluntad del pueblo.
Finalmente, desde España el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha pedido «transparencia». «Queremos las actas mesa por mesa», ha expresado, mientras que Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, ha manifestado que «es vital asegurar la total transparencia del proceso electoral» y que «la voluntad del pueblo de Venezuela debe ser respetada».