Más orden en el ingreso, aunque el diseño diamante mantendrá cruces y obligará a seguir esperando

El nuevo acceso en Galindo y la Autopista dará fluidez, pero a diferencia del ingreso en forma de trébol de Roldán —que evita cruces—, los autos deberán seguir esperando para atravesar. 

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Funes avanza con una obra clave para ordenar su creciente tránsito: la construcción de una rotonda en la intersección de Miguel Galindo con la Autopista Rosario-Córdoba (RN 9), a la altura del km 306. El proyecto apunta a mejorar la distribución vehicular hacia barrios como Kentucky o el acceso a Calmo, y a reducir maniobras conflictivas en uno de los ingresos más utilizados de la ciudad.

Según la memoria descriptiva oficial, la obra contempla primero la reconstrucción de la rama de acceso a Galindo, con un nuevo terraplén y paquete estructural fuera del tránsito actual, para luego emplazar la rotonda dividiéndola en dos mitades (Este y Oeste) y así mantener siempre habilitada la circulación. Esto permitirá ir trasladando progresivamente a los usuarios hacia la parte ya construida, cumpliendo con los planes de señalización.

Sin embargo, ingenieros remarcan que el diseño adoptado es del tipo “diamante”, lo que implica que, aunque la rotonda organizará mucho mejor el flujo y reducirá esperas, los autos seguirán teniendo que cruzarse y ceder el paso para incorporarse o continuar. “Lo ideal hubiera sido un nudo en trébol, como el de Roldán, donde no existen cruces directos porque los ramales se entrelazan sin interferir. Pero eso es una obra muchísimo más grande y costosa, alrededor de cuatro veces esta intervención”, explicó una fuente cercana a Vialidad.

Por otro lado, hay un problema que viene de la gestión anterior: el entonces gobernador Omar Perotti decidió un acceso con solo tres carriles (dos de salida y uno de entrada), proyecto que recién ahora está siendo ejecutado por el gobierno de Maximiliano Pullaro. Esa configuración, hace inviable el giro directo hacia la estación de servicio o hacia la propia Miguel Galindo por la doble mano, obligando a los vehículos a continuar hasta la rotonda de Fuerza Aérea para retomar.

Así, aunque la nueva rotonda representa una mejora importante respecto a la situación previa, seguirá habiendo cruces que obliguen a esperar, en un contexto de fuerte expansión urbana y comercial donde la infraestructura vial deberá seguir adaptándose a la demanda.

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