Durante sus primeros meses de gestión al frente de Aguas Santafesinas, la presidente de la institución, Anahí Rodríguez, dijo que se enfrenta a una situación de atraso tarifario del orden del 600% y un marcado déficit en la calidad de servicio. En este sentido, apuntó a la terminación del Acueducto Gran Rosario como la gran solución a este último punto. Sin embargo, vislumbra un panorama incierto de cara a la continuidad de las obras.
Según Rodríguez, actualmente sería necesaria una inversión superior a los 50 millones de dólares para terminar la construcción. En el hipotético caso de que se produzca el desembolso de fondos nacionales, llevaría unos 3 años de ejecución.
“Es el puntapié que nos está faltando para poder llevar agua a todas las zonas de Rosario y alrededores a las que hoy no estamos llegando”, declaró. En este sentido, destacó a Funes, Soldini y Villa Gobernador Gálvez como los destinos más importantes para la expansión de la red.
En tanto, Rodríguez indicó que “la empresa piensa en sistemas alternativos de provisión de agua de calidad y en cantidad suficiente para los vecinos de toda la provincia”. Por caso, mencionó la instalación de plantas de ósmosis inversa a través del Ministerio de Infraestructura y de la Secretaría de Aguas.
Según un relevamiento realizado desde este medio, la obra del Acueducto Gran Rosario llevaba hasta noviembre de 2023 un 17% ejecutado de su primera etapa. Además, se habían caído las licitaciones correspondientes a las otras dos que darían por finalizado el trabajo. Esta situación persiste desde mucho tiempo antes del cambio de paradigma en la obra pública empujado por el presidente Javier Milei.
En Funes, las zonas más afectadas son el casco histórico y los barrios circundantes, conectadas a la antigua agua de red, cuyo volumen y presión se encuentran en progresivo deterioro