Empresa de Rosario trabaja para erradicar malezas en África que afectan la alimentación de 300 millones de personas

Se trata de Bio Heuris. Su titular Lucas Lieber brindó detalles del acuerdo con una fundación de África Oriental.

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Una biotecnológica de Rosario firmó acuerdo con una fundación agrícola africana para erradicar selectivamente «la striga». De acuerdo a un informe del espacio “Agendar, producción argentina”. Striga es una maleza local hace perder 7.000 millones de dólares por año al sorgo de los países de Nigeria y Sudán. Y este sorgo alimenta a 300 millones de personas en África Oriental.

El fundador y CEO de Bio Heuris, Lucas Lieber, informó que el acuerdo firmado por su empresa biotecnológica rosarina con la African Agricultural Technology Foundation (AATF), es un hecho. Se trata de una organización que desde 2003 busca brindar seguridad alimentaria en ese continente, a través de la introducción de tecnología en los cultivos. En los próximos dos años la firma realizará ensayos conjuntos en África con sorgo tolerante a herbicidas, introducirá tecnología de control de malezas en variedades africanas e identificará y desarrollará otros cultivos mejorados mediante edición genómica, enfocados en características de importancia para los agricultores africanos.

Punto de partida

Todo comenzó hace cuatro meses cuando llegó a Rosario, donde se encuentra la compañía de Lieber, una delegación de investigadores de Kenia y Etiopía para visitarla. También se presentaron reguladores e integrantes de la AATF, con presencia en todo el continente subsahariano y que tiene el mandato de lograr que las tecnologías lleguen a los productores agropecuarios de distintos países africanos. En detalle, la organización tiene desarrollado un proyecto llamado Feed the Future Striga Smart Sorghum for África”.

“Lo que hace la AATF es asociarse con empresas y organizaciones de investigación o benéficas y fondean muchos proyectos de distintos cultivos. Cuando vinieron, les mostramos nuestro trabajo en sorgo, cómo funcionaba esta tecnología. No lo podían creer que una empresa pequeña como Bio Heuris lograra desarrollar algo tan importante para ellos”, cuenta el empresario local, Lieber.

Bio Heuris en tanto, desde sus inicios, se asocia con empresas de semillas para generar cambios muy precisos en cultivos en su laboratorio, por ejemplo que las plantas sean tolerantes a un herbicida. En detalle, muchos herbicidas del mercado inhiben una proteína esencial para la vida del cultivo y por esa razón tras la aplicación mueren; actúan como las malezas. Lo que hacen en la empresa es modificar la secuencia de la proteína pero solo la del cultivo y de esa forma el fitosanitario puede controlar la maleza sin perjudicarla.

Según describe, el sorgo es un cultivo muy importante en África que, a diferencia del maíz, es mucho más resistente a la sequía. “Entonces, en África tiene mucho más valor. Pero el problema es que en ese continente, que no tenemos en las Américas, hay una maleza parasítica, denominada Striga, que, cuando germinan los cereales como el sorgo, el maíz o el arroz, las semillas de esta maleza detecta que el cereal está creciendo, lo infesta y empieza a crecer dentro de la planta. Cuando los productores encuentran saliendo de la planta una florcita rosa muy bonita es muy tarde y es un drama. Cuando lo ven, dicen: ‘Listo, no voy a cosechar nada, el cultivo está perdido’. Porque, aún arrancando la florcita, la planta ya parasitó y el daño es irreparable”, explica.

En rigor, Striga es una maleza parasitaria que invade los cultivos de cereales y puede producir hasta 500.000 semillas. La FAO estima que la pérdida anual de cultivos por Striga en África supera los 7.000 millones de dólares. Del sorgo allí dependen más de 300 millones de personas. Hasta 50 millones de hectáreas de tierras agrícolas están infestadas por Striga. “Por suerte no tenemos esta maleza en la Argentina. Por eso les pareció a los miembros africanos, muy interesantes nuestros desarrollos tolerantes a herbicidas y con esta tecnología se podría controlar esta maleza parásita”, dice.

Ensayos conjuntos

Con este acuerdo, la firma realizará ensayos conjuntos en África con sorgo tolerante a herbicidas, donde Bio Heuris introducirá su tecnología de control de malezas en variedades africanas. En este sentido, identificará y desarrollará otros cultivos mejorados mediante edición genómica, enfocados en características de importancia para los agricultores africanos.

Historia

Hijo de productores agropecuarios, desde chico supo que quería trabajar en desarrollar tecnologías para el agro. Estudió agronomía en Rosario y apenas se recibió, en 2005 empezó a trabajar en Bioceres en la transformación de cultivos por ejemplo en el HB4, de tolerancia a sequía.

En ese rumbo, en 2009 decidió tener su propia startup, Nitris, junto a un profesor de la facultad, y trabajar en diferentes proyectos agrícolas. Poco a poco comenzaron a obtener fondos de inversores ángeles. Y empezaron con colaboraciones con la Universidad de Harvard y de Michigan. Luego fue el Imperial College London que les ofreció mudarse a Londres para desarrollar un proyecto y hacia allí partió por un año. En un momento se dio cuenta que lo que estaba tratando, no se iba a poder hacer con las tecnologías actuales. Canceló la misión y regresó a la Argentina.

En 2015 sucedió un hito a nivel nacional: la Argentina fue el primer país en tener una regulación pionera y de vanguardia con respecto a la edición genómica. Fue ahí que el rumbo de Lieber viró en otra dirección. Fundó Bio Heuris y lanzó un proyecto de edición genómica con la llamada Crispr que sirve para mejorar los cultivos de soja, maíz, arroz, algodón y sorgo, entre otros cultivos.

“La edición genómica es una tecnología que permite modificar en forma muy precisa y muy rápida el genoma de cualquier organismo. La Argentina tomó la delantera y fue la primera en decir que los productos que se obtengan con esta tecnología van a ser regulados como los cultivos convencionales, porque no se está generando un transgénico. La idea de Bio Heuris era usar la técnica Crispr para encontrar malezas que es uno de los principales problemas que hoy enfrentan los productores”, detalla.

Los fondeos con inversores especializados en inversiones de riesgo, de las empresas de semillas y de agroquímicos, subsidios estatales nacionales y de la provincia de Santa Fe, fueron el soporte financiero para que la firma crezca, en ese primer momento con cuatro socios. Hoy solo está Lucas Lieber.

En un principio comenzaron con cultivos más tradicionales pero también se inclinaron por otros menos desarrollados como el arroz y el sorgo. “El sorgo no ocupa una superficie tan grande en la Argentina, es un cultivo que nunca recibió mucho desarrollo tecnológico. Por eso los productores prácticamente no lo siembran y se inclinan por maíz o soja, ambos con una tecnología disponible que el sorgo no tiene. Vimos ahí una oportunidad para empezar a trabajar en sorgo. Y la verdad es que nos fue muy bien y muy rápido logramos buenos resultados”, señala.

A explorar

En los dos próximos años, además de llevar esta tecnología a África para probarla, se explorará junto con esta asociación qué otras tecnologías que está desarrollando Bio Heuris podrían ayudar a mejorar la agricultura en esa región.

“Por ejemplo, en la actualidad nosotros no trabajamos con algunos cultivos que son importantes en África y entonces podríamos empezar a hacerlo, siempre y cuando, los proyectos tengan factibilidad técnica y financiación”, expresó Lucas.

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