El mercado hipotecario atraviesa un freno abrupto: muchas familias que tenían un préstamo pre aprobado comenzaron a recibir rechazos, producto del endurecimiento de los requisitos que imponen los bancos. La modificación más drástica está en el score crediticio exigido: pasó de 610 a 910 puntos y, en algunos casos, hasta 990, lo que deja a la mayoría de los solicitantes sin posibilidades de acceder.
“Hoy sólo un 15% de la población puede acceder a estos préstamos, ya que no deben tener ningún tipo de deuda, estar en relación de dependencia, con un buen salario y contar con parientes codeudores igualmente intachables”, explicó Damián Caffarella, prosecretario de la Cámara Inmobiliaria Argentina. A este filtro se suman tasas de interés en alza: las más bajas, que rondaban el 4% más UVA en bancos públicos, ahora se ubican en 9,9% más UVA, mientras que las más altas trepan del 9% al 15% más UVA.
El encarecimiento financiero reduce la demanda y refuerza el círculo restrictivo. En este contexto, expertos señalan que la clave para un mercado hipotecario sostenible está en avanzar hacia la securitización: que los bancos otorguen créditos y luego los compartan con otros inversores a través de instrumentos del mercado de capitales. Este esquema, aplicado en Estados Unidos, Europa y la región, permite escalar el financiamiento, atraer capital institucional y ampliar las oportunidades de acceso a la vivienda.