Autos de alta gama bajarían hasta 22%: el Gobierno propone eliminar Impuestos Internos y reducir Ganancias empresarias

El borrador baja Ganancias del 30% al 27% y del 35% al 31,5%, exime alquileres y ventas de inmuebles desde 2026 y deroga tributos que hoy encarecen autos, motos y electrónicos

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El Gobierno avanza en un paquete de reformas tributarias que podría generar un impacto inmediato en el precio de autos y bienes durables, modificar la estructura impositiva de las empresas y recalibrar el funcionamiento del mercado inmobiliario. El borrador, que ya circula entre sectores automotrices, cámaras empresarias y desarrolladores, detalla una serie de cambios profundos que se enmarcan en la reforma laboral y económica que prepara el Ejecutivo.

Impacto en autos: baja de hasta 22% en modelos alcanzados por Internos

Uno de los puntos más relevantes del texto es la derogación de los Impuestos Internos que hoy gravan autos y motos de gama media-alta y alta. El tributo, cuya escala más elevada aplica una alícuota del 18%, afecta actualmente a vehículos cuyo valor supera aproximadamente los $120 millones.

Con su eliminación, las automotrices estiman que los modelos alcanzados —principalmente SUVs y sedanes de alta gama— podrían experimentar reducciones de entre 12% y 22% en los precios de lista. La medida también impactaría en embarcaciones recreativas, aeronaves livianas, celulares, electrónicos y otros bienes y servicios hoy alcanzados por este impuesto.

La industria considera que la baja impositiva podría dinamizar la venta de 0 km, especialmente en un segmento que quedó restringido por el salto de precios de los últimos dos años.

Ganancias para empresas: reducción de escalas y actualización de quebrantos por inflación

El borrador incorpora además una modificación central para el sector corporativo: una reducción en la carga del Impuesto a las Ganancias para sociedades.
Los cambios propuestos son:

  • Segunda escala: baja del 30% al 27%

  • Tercera escala: baja del 35% al 31,5%

  • Primera escala: se mantiene en 25%

En paralelo, se habilitaría la actualización por inflación de los quebrantos impositivos a partir de ejercicios iniciados en 2025, una demanda sostenida del sector privado por el impacto que la inflación acumulada tiene sobre la base imponible real.

El paquete prevé además un régimen de incentivos a inversiones medianas (miniRIMI), que permitiría amortizaciones aceleradas y beneficios adicionales para pymes con proyectos productivos durante los primeros años.

Mercado inmobiliario: exenciones para alquileres y ventas de propiedades

El borrador también introduce cambios estructurales en el mercado inmobiliario. Entre ellos:

  • Los ingresos por alquileres de viviendas quedarían exentos del Impuesto a las Ganancias.
    El objetivo es aumentar la oferta disponible y reducir el costo impositivo para propietarios que destinan inmuebles al uso residencial.

  • A partir del 1° de enero de 2026, quedarían también exentas las ganancias obtenidas por la venta de inmuebles adquiridos desde 2018.
    En este marco se eliminaría el impuesto cedular y el ITI, dos tributos que hoy encarecen transacciones y desincentivan la rotación del stock.

Las cámaras del sector interpretan que estas medidas podrían generar un reacomodamiento en los precios, reactivar operaciones postergadas y mejorar la dinámica de compra-venta en segmentos medios y altos.

Un paquete integral en camino al Congreso

La reforma tributaria es parte de una estrategia más amplia que el Ejecutivo busca presentar junto a la reforma laboral. La intención, según expresó el ministro Luis Caputo, es “simplificar el sistema, formalizar la economía y mejorar las condiciones para invertir”.

Si las medidas prosperan en el Congreso, el efecto sería inmediato:

  • autos y electrónicos más baratos,

  • menor carga fiscal para empresas,

  • incentivos a la inversión productiva,

  • y un nuevo esquema impositivo para el mercado inmobiliario con impacto directo en alquileres y compraventas.

El documento aún es un borrador, pero su filtración ya reconfigura expectativas y obliga a los principales sectores económicos a recalcular precios, estrategias comerciales y decisiones de inversión para 2026.



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