La ‘vida multietapa’: es hora de dejar de hablar de la jubilación

No es sólo que los mayores quieran trabajar. Cada vez resulta más evidente que las sociedades envejecidas los necesitarán.

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El número de personas mayores de 65 años que trabajan aumenta a medida que la gente mayor asume un papel activo en el mundo. Después de trabajar 34 años en Financial Times, la gente empezó a preguntarme por mi «jubilación». Desde entonces he descubierto que, al igual que me ocurre a mí, a otras personas de mi edad les molesta esta palabra.

¿Por qué? En primer lugar, porque no nos gusta envejecer. Los Boomer éramos la generación que nunca iba a envejecer. La música que escuchábamos expresaba hasta qué punto nos horrorizaba ante esa perspectiva. «¿Seguirás necesitándome, seguirás alimentándome cuando tenga 64 años?», decía la letra de The Beatles. Simon & Garfunkel cantaban en uno de sus temas: «¿Nos imaginas dentro de unos años compartiendo banco en el parque? Qué terriblemente extraño resulta tener 70 años». Sin embargo, aquí estamos. Los que nacimos en la explosión demográfica que siguió a la Segunda Guerra Mundial tenemos ahora entre 60 y 70 años.

Una segunda razón por la que me resistí a la palabra que empieza por «j» es que no tenía planes de dejar de trabajar. Hace años que empecé a prepararme para mi vida después del trabajo a tiempo completo, dedicando noches y fines de semana a formarme como asesor, con la esperanza de ayudar a otros profesionales a resolver sus dudas laborales. Cuando llegó el momento de dejar el periodismo a tiempo completo, descubrí que a mis jefes les parecía bien que siguiera colaborando con artículos y dando clases en la empresa de formación de ejecutivos que había ayudado a crear. Así que ahora compagino satisfactoriamente una triple carrera de escritor, profesor y asesor.

No soy el único. Según la Oficina Nacional de Estadística, el número de personas mayores de 65 años que siguen trabajando en Reino Unido ascendió a 1,47 millones en el trimestre hasta junio de 2022, un récord histórico. Esta cifra contrasta con los 1,1 millones de 2014. Gran parte del aumento se debió al trabajo a tiempo parcial y por cuenta propia.

Razones económicas

Parte de la razón por la que la gente sigue trabajando es económica. Las subidas de los precios y el fin de los generosos planes de pensiones de empresa hacen que muchos no puedan permitirse dejar de trabajar. Incluso los mejores planes de pensiones del sector privado ofrecen aumentos anuales muy por debajo de la inflación actual.

Pero también existe el deseo de seguir sintiéndose importante. 

Dejar un trabajo a tiempo completo lleva consigo más problemas de identidad que la simple aceptación de la edad. Hay una pérdida de estatus.

Muchas de las personas de 60 y 70 con las que me relaciono quieren seguir estando activas en lugar de ser meros espectadores. Tener más tiempo para ver deporte, viajar o ir al teatro tiene sus atractivos. Pero para muchos sigue existiendo el deseo de participar, de estar ahí.

Uno de los problemas de renunciar por completo al trabajo es que podría estar jubilado mucho tiempo. En los países desarrollados, una persona de 65 años puede llegar a vivir hasta mediados de los 80, según datos de la OCDE. Y muchas personas superan esa cifra con creces. En todo el mundo, en 2015 había casi 500.000 personas de 100 años o más, cuatro veces más que en 1990, según un informe de 2016 del Pew Research Center, que afirmaba que era probable que el número de centenarios alcanzara los 3,7 millones en 2050.

Los problemas de salud empiezan tarde o temprano. Pero una alimentación más saludable y el ejercicio (uno de los placeres del trabajo por cuenta propia es que uno decide cuándo ir al gimnasio) ayudan a evitarlos.

No es sólo que muchas personas mayores quieran trabajar; las sociedades envejecidas las necesitarán. La consultora estratégica Bain prevé que un 25% de la población activa estadounidense tendrá 55 años o más en 2031. En Alemania, la cifra será el 27%, en Italia del 32% y en Japón del 38%.

Así que, si ya no vamos a llamar jubilación a estos últimos años, porque muchos siguen trabajando, ¿cómo deberíamos llamarlos? En su libro Changing Gear: Creating the Life You Want After A Full-On Career (que habla de la vida después de dejar un trabajo a tiempo completo), Jan Hall y Jon Stokes llaman a este periodo siguiente «la tercera vida». Pero en The 100-Year Life, Lynda Gratton y Andrew Scott sostienen que la vida en tres etapas -educación, empleo y jubilación- ya no describe cómo vivimos. Prefieren hablar de una «vida multietapa». Mi respuesta, cuando me preguntaban por mi jubilación, era que yo no era de los que se jubilan.

¿Y qué hay de los que antes cantaban lo horrible que sería la vejez? ¿Cómo se han adaptado ahora que rondan los ochenta? De los Beatles que siguen vivos, Paul McCartney y Ringo Starr todavía actúan. Paul Simon ha dejado de hacer giras (por pérdida de audición), pero acaba de publicar un nuevo álbum, Seven Psalms. Art Garfunkel declaró en una entrevista a Forbes que cuando llegó a los 70 pensó: «Has llegado hasta aquí. Conduce hasta el final, tío». Un año después, empezó a tener achaques, pero asegura que su corazón late más fuerte a esta edad.

 

Por M. SKAPINKER

FINANCIAL TIMES

 

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