Los fabricantes de tecnología quieren demostrar que la moda y sobre todo la discreción no tienen por qué estar reñidos con los últimos avances y desde hace tiempo se esmeran por lograr este cometido. El pasado mes de diciembre, Huawei presentaba en un evento en Dubai unos llamativos auriculares que van por fuera de la oreja, a modo de piercing, y esta misma semana, otra compañía, Bose, ha lanzado unos similares.
Y si de complementos tecnológicos hablamos, los llamados anillos inteligentes llevan años intentando hacerse un hueco entre los consumidores, pero seguramente sea éste cuando Samsung y otras marcas como Honor y Xiaomi lancen los suyos y por lo tanto cuando veamos despegar estos equipos con forma de joya.
En el caso de los auriculares de Huawei, los Freeclip, la compañía china asegura que identificó un segmento demográfico en crecimiento compuesto por usuarios que anhelaban una experiencia auditiva que combinara las prestaciones tecnológicas de los auriculares inalámbricos de botón actuales con la capacidad de mantenerse conectados con su entorno. Es por ello que dentro de su gama ‘Fashion Forward’, con dispositivos para usuarios que se preocupan por el estilo, Huawei presentó sus Freeclip, unos auriculares que parecen un piercing de gran tamaño y que permiten escuchar música pero también el entorno.
Cada auricular se compone de un puente en forma de C que conecta una bola acústica, por la que se oye la música y que va en la oreja, y un soporte en forma de judía, que se apoya en la parte posterior de la oreja. A pesar de su maleabilidad, desde Huawei aseguran que este diseño destaca por su durabilidad y ha superado más de 25.000 pruebas de fiabilidad, además de ser muy cómodo. Otro dato interesante es que se pueden usar indistintamente en las dos orejas. Se venden por 179 euros.
Tras los de Huawei, Bose anunció esta semana los Ultra Open Earbuds. El objetivo, al igual que con los anteriores, es sacar el auricular del pabellón auditivo para poder escuchar lo que pasa a nuestro alrededor y, al mismo tiempo, escuchar de manera privada canciones, pódcast o llamadas. En este caso cuentan con una junta flexible y un agarre liviano para engancharlos suavemente alrededor de la parte trasera de la oreja.
También presumen de una función inteligente que permite subir o bajar el volumen de forma automática dependiendo del ruido externo. Tienen un precio de 379 euros.
Además de estos auriculares con aspecto de pendiente, en las últimas semanas otro dispositivo tecnológico que imita a una joya está de moda, los anillos. Samsung anunció en enero que tiene previsto poner a la venta este año un anillo inteligente muy enfocado en medir la salud de los usuarios y monitorizar el sueño. Durante el Mobile World Congress celebrado la semana pasada el anillo de Samsung se podía ver tras una vitrinas, pero poco más. Aún así, la coreana asegura que su nuevo wearable se lanzará oficialmente en 2024.
Tras este anuncio, Honor también aseguró que durante este año va a lanzar su propio anillo conectado, pero en realidad Samsung u Honor no son las primeras, pues ya existen varias compañías en el mercado que ofrecen este tipo de gadgets.
La más conocida es Oura, que desde el dedo es capaz de tomar hasta 20 mediciones biométricas, como las tendencias de temperatura, frecuencia cardíaca, actividad diaria y recuperación, calidad del sueño, ciclos menstruales e incluso el estrés. La batería dura hasta siete días y su cuerpo de titanio lo hace muy resistente. El inconveniente de este dispositivo es que a su precio hay que sumarle 6 euros mensuales de suscripción para acceder a las mediciones. El coste del anillo parte de los 329 euros.
Otra compañía que ha puesto a la venta su anillo inteligente este año ha sido Amazfit. El Helio Ring permite monitorizar a través de la piel algunos aspectos de la salud, como el ritmo cardíaco, la recuperación deportiva o aspectos relacionados con las emociones. Se vende por 399 euros.
Por su parte, el anillo con sello español, Rikki, está enfocado en los pagos sin contacto. Este dispositivo no mide el ritmo del corazón o monitoriza el deporte, si no que funciona exclusivamente para poder pagar en datáfonos sin necesidad de sacar la tarjeta o el teléfono. Cuesta 150 euros.