El whisky fundado por un abstemio. La historia detrás de su botella cuadrada para su fácil transporte y su etiqueta inclinada para su fácil lectura

La practicidad escocesa como éxito de marketing del famoso blend de whisky de malta y whisky de grano  

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Johnnie Walker nace en 1805 en la granja de sus padres en Kilmarnock, al oeste de Escocia. No se conoce demasiado de él ya que la destilería que fundó se hizo famosa tras su fallecimiento, en 1857, pero su nombre siempre estará asociado al whisky escocés. Se sabe que vendió el negocio familiar a la muerte de su padre y con el dinero montó una pequeña tienda de comestibles siendo muy joven (15 años). Hay testimonios que afirman que con 20 años ya destilaba ron, brandy, ginebra y whisky.

Parece ser que con este último tuvo más éxito y en 1850 ya lo vendía con la marca «Walker’s Kilmarnock Whiskey». Lo más llamativo de este giro en su negocio de venta al público, es que él era un seguidor del “Movimiento de la Templanza” y, por tanto, no bebía alcohol. También conocemos que en 1833 contrae matrimonio con Elizabeth Purvis, hecho fundamental porque es la madre de sus cinco hijos (tres varones y dos féminas) y que murió en su casa (como “tendero y vendedor de bebidas alcohólicas” según el registro oficial) estando presente su primogénito, Alexander Walker (nacido en 1837), que es el que crea y desarrolla la empresa que lleva el nombre de su padre tras heredar el negocio con 20 años.

Hay que hacer un inciso de cultura general: el whisky con el que se hace famoso Johnny Walker es un blend, que es la combinación de uno o varios single malt scotch con uno o varios single grain scotch, ¿qué significa esto? Que hay wiskis que han sido creados con agua, levadura y la malta de la cebada y hay otros donde en la destilería, además de agua, se usaron otros granos como el maíz, centeno, trigo o cebada (o incluso mezclados). Por tanto el blend es una mezcla de whisky de malta y whisky de grano, y es el más famoso de los que procede de Escocia (en contraste, el bourbon estadounidense tiene una mayoría de maíz en su mezcla de granos).

Es Alexander el que ve las posibilidades del producto creado por su padre, se olvida de los comestibles y de otros licores y comercializa un whisky blend llamado «Walker’s Old Highland», desde 1865 (aunque no lo registra hasta 1867) y empieza a exportarlo. Hay una versión que dice que es por este motivo, por la facilidad para el transporte, por lo que, no sabemos si por decisión propia o no, adopta el diseño cuadrado de la botella tan característico a partir de 1870. Tampoco sabemos si fue idea suya que la etiqueta siempre esté aplicada inclinada en un ángulo de 24 grados para facilitar la visión del texto, algo que registraron en 1877. Lo que sí sabemos es que su éxito fue arrollador. En 1879 obtuvo su primera medalla en una exhibición de bebidas… ¡en Australia!

También muere no muy mayor, como su padre, a la edad de 52 años, dejando dos hijos, George Paterson Walker y Alexander Walker II. Cuando en 1889 heredan la compañía, el primero se encargó del márquetin y la distribución desde la oficina de Londres mientras el segundo supervisaba la producción y la mezcla en fábrica, convirtiéndose en portavoz de la industria del whisky. Ellos son los que hacen el cambio de nombre a la empresa: de Walker’s Kilmarnock Whiskies a Johnnie Walker Whisky. Para poder mantener la producción en 1893 llegan a un acuerdo y compran Cardhu (fundada en 1824, también en Escocia) a cambio de que la familia Cumming, descendientes del fundador, siguieran administrando sus destilerías. Durante decenios los mejores whiskis blend de Johnny Walker han tenido un gran porcentaje del whisky de malta Cardhu, aunque ambas hayan coexistido como dos marcas diferentes.

En 1909, George crea al “walker” (caminante) y el lema «Born 1820—Still going Strong!», que distinguía a la marca de las demás con el logotipo del hombre que caminaba y aumentando artificiosamente la edad de la marca, ya que usó 1820 por ser la fecha de la inauguración de la tienda de su abuelo (de hecho, en 1970 también presumieron de cumplir 150 años) aunque con 15 años no destilaba whisky todavía. Aunque fue Alexander quien añadió a la mezcla de su padre (llamada en ese momento Walker’s Old Highland) dos más a la línea: Old Highland y Special Old Highland, fue George el que acudió a los colores en 1909 y las llamó Negra, Roja y Blanca (aunque la blanca desapareció con la Primera Guerra Mundial) para renombrar las marcas. 

George tampoco llegó a anciano, nació en 1864 y murió en 1926 por lo que es su hermano Alexander (1869-1950), que en 1920 fue nombrado Sir por el rey, el que toma mayor protagonismo en la historia de la compañía. En 1932, creó la Johnnie Walker Swing, un whisky “para viajeros” -obtenido a partir de la mezcla de 35 whiskis de malta y grano- que venía en una curiosa botella que podía balancearse adelante y atrás, y que más tarde inspiró el packaging de Johnnie Walker Odyssay. Se retiró en 1940. Sin embargo, en 1995 nacía Johnnie Walker Gold Label, sabor basado en las notas que Alexander Walker había dejado para la creación del blend del centenario en 1920.

En 1966 la marca obtuvo reconocimiento real con el Queen’s Award for Export Achievement, el premio de mayor prestigio otorgado en Reino Unido a las empresas por sus exportaciones. Incluso hoy es el whisky más vendido del mundo. Sin embargo, la empresa como tal dejó de existir, y como en el caso de Oscar Mayer, ahora es sólo una marca, perteneciente a Guinness desde 1986 y a Diageo desde 1997 hasta la actualidad. La dirección de Diageo decidió en 2012 cerrar la mítica destilería de Kilmarnock y la trasladó a Glasgow.

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