Algunos ya habrán aumentado varios kilos, otros quizá hayan bajado de peso. Pero qué difícil se hace entre tantos cambios mantener un peso saludable que nos mantenga alejado de posibles patologías. Y no solo eso sino que lo importante es el tipo de alimentación que llevemos en relación a nuestro estado emocional.
¿La alimentación afecta nuestras emociones? ¡Por supuesto! Incluso al revés, nuestras emociones afectan también a nuestra alimentación. Sentirnos ansiosos, con miedo, tristes, aburridos o solos, impacta a la hora de relacionarnos con la comida.
La composición de nuestra dieta, los alimentos que compramos y elegimos poner en el plato, tienen un impacto en nuestra salud y por sobre todo un efecto directo en la producción de las señales químicas del cerebro. Estas sustancias, responsables de la transmisión de información a lo largo del sistema nervioso, son los llamados neurotransmisores (serotonina, dopamina, oxitocina, endorfinas), y pueden modularse en parte por nuestra alimentación. Por medio de ella podríamos influir sobre nuestro humor y comportamiento, ayudando a aliviar la depresión, la ansiedad, la neurosis y los trastornos del sueño.
Algunos alimentos que mantienen dichos neurotransmisores son:
Frutas (banana, palta, frutos rojos, arándanos, frutillas, frambuesas). Almendras, nueces. Cacao amargo. Avena. Quinoa. Legumbres. Pimiento. Brócoli. Huevos. Pescado de mar. Semillas. Como así también tener en cuenta de evitar alimentos industrializados, procesados, altos en grasas saturadas y azúcares.
Ellos son algunos de los alimentos que debemos incluir a diario en nuestra rutina para lograr sentirnos mejor y elevar así nuestro bienestar en tiempos de pandemia.
Lic. Eliana Cocetta
Nutricionista Clínica Deportiva
Antropometrista ISAK 3