El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, quien ejerce actualmente la presidencia pro témpore de la Región Centro, recibió el martes a sus pares de Córdoba y Entre Ríos, Martín Llaryora y Rogelio Frigerio, para analizar la difícil situación del sector agropecuario.
En un contexto de creciente tensión, Pullaro destacó que el campo «no puede más», refiriéndose a las consecuencias devastadoras que las retenciones impositivas están provocando en los productores agropecuarios.
Según el gobernador, estas medidas están llevando al límite la capacidad de los productores, quienes enfrentan costos insoportables que amenazan con la quiebra de una gran parte del sector.
«El próximo impuesto que tiene que bajar el gobierno nacional deben ser las retenciones», sostuvo Pullaro a modo de reclamo. El impacto de las retenciones, que afecta especialmente a las provincias de la Región Centro, es alarmante, ya que representan el 70% de lo que se recauda a nivel nacional por este tributo.
Esto se debe a que Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos son las tres provincias con mayor producción agropecuaria en Argentina. Pullaro resaltó que, si no se toman medidas urgentes, las consecuencias serán devastadoras no solo para el sector, sino también para las economías provinciales, que dependen en gran medida de la actividad agropecuaria.
En este sentido, Pullaro enfatizó que el gobierno provincial ha destinado una cantidad mucho mayor de recursos al campo y a la infraestructura productiva, a pesar de que la presión fiscal en Santa Fe es notablemente baja comparada con la que impone el gobierno nacional.
La región ha tomado un compromiso claro: utilizar el 100% de los recursos provenientes del campo para mejorar la infraestructura rural. Pullaro destacó que la identidad colectiva de las provincias de la Región Centro está estrechamente ligada al campo y a la industria, y pidió que se preste atención a esta realidad en un momento tan crítico para la economía nacional.
Por su parte, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, también expresó su preocupación por la grave situación del sector, señalando que las condiciones internacionales, climáticas y financieras están haciendo insostenible la actividad agropecuaria. Sin un clima favorable, muchos productores se verán obligados a cerrar sus puertas. Llaryora señaló que, aunque las medidas provinciales son un alivio parcial, no son suficientes debido a que las retenciones siguen siendo el principal factor que estrangula al campo.
El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, coincidió en la necesidad urgente de una reducción de la presión impositiva sobre el sector, subrayando que el campo es el motor del desarrollo de Argentina. En este sentido, Frigerio detalló que la presión fiscal del gobierno nacional sobre el sector agropecuario supera el 66%, mientras que las provincias, en comparación, imponen una carga inferior al 5%. Esta disparidad de cargas fiscales entre el ámbito nacional y provincial resalta aún más el peso insoportable que las retenciones federales están poniendo sobre los productores.
Los tres gobernadores coincidieron en que, si no se reduce de manera urgente la presión tributaria sobre el campo, el sector corre el riesgo de colapsar, lo que tendría consecuencias devastadoras no solo para las provincias productivas, sino para toda la economía nacional.