El presidente del Concejo Municipal de Funes, Carlos Olmedo, presentó un ambicioso proyecto de ordenanza para crear el Programa Municipal de Revitalización y Promoción Comercial, una iniciativa que apunta a reactivar el comercio local y equilibrar el crecimiento urbano mediante incentivos fiscales y acciones de revalorización del espacio público.
El plan prevé bonificaciones de hasta el 100% en la Tasa General de Inmuebles (TGI) por tres años, reducción del 50% en el Derecho de Registro e Inspección (DREI) durante dos años y exención total del sellado de habitación comercial durante el primer año de actividad. Además, los comercios podrán acceder a subsidios de hasta el 50% del costo de obras de fachada, veredas y accesibilidad, junto con un trámite abreviado de habilitación comercial, con plazos máximos de resolución de 30 días hábiles.
El programa se aplicará inicialmente en tres áreas prioritarias: el centro comercial histórico, los ejes de gran tránsito con más del 15% de locales vacíos y los nuevos nodos de expansión donde se consolidan barrios residenciales con potencial para generar polos de servicios.

Entre los requisitos para acceder a los beneficios, los comercios deberán invertir al menos el 2% del valor fiscal del inmueble o $50.000 —el monto mayor— en mejoras edilicias, porcentaje que podrá reducirse al 1,5% si generan empleo local. Además, deberán mantener su actividad por un mínimo de tres años y destinar al menos la mitad del beneficio fiscal obtenido a obras o contratación de mano de obra local.
La ordenanza también crea el Fondo de Revitalización Comercial de Funes, que se financiará con partidas municipales, convenios público-privados, aportes de organismos nacionales e internacionales y un 5% de la recaudación del DREI proveniente de las áreas comerciales consolidadas.
Olmedo destacó que el objetivo es “revalorizar el centro y las zonas de mayor circulación como motores económicos y sociales, acompañando a quienes invierten y generan empleo en Funes”. Además, subrayó que “queremos transformar áreas subutilizadas y darles vida, integrándolas al tejido urbano con políticas claras y sostenibles”.
El programa tendrá una vigencia inicial de cinco años, con evaluación anual sobre niveles de vacancia comercial, empleo generado y satisfacción vecinal, y podrá ser prorrogado solo si demuestra resultados positivos en términos de desarrollo económico y urbano.