El 18 de noviembre, Kentucky Club de Campo vivió una jornada cargada de emoción con la reinauguración oficial de su Club House, completamente restaurado y ampliado luego del incendio del 18 de enero de 2022. El corte de cintas estuvo a cargo de Juan Félix y Juan Carlos (Caco) Rossetti, acompañados por Gimena Gianello, hija de María Eugenia Rossetti. La decisión de que fueran ellos quienes inauguraran el edificio buscó subrayar el peso simbólico de una obra que no solo recuperó un inmueble, sino una pieza esencial de la identidad del barrio.

“Después de tanta tristeza, ahora se disfruta con más intensidad esta reinauguración”, recordó Juan Félix Rossetti, retomando palabras que había expresado durante el proceso de reconstrucción y que hoy adquieren un sentido pleno.
La intervención sobre el Club House fue integral y respetuosa del patrimonio. El edificio, originalmente una residencia de estilo Art Nouveau, luce hoy restaurado y a la vez actualizado, combinando la recuperación artesanal de sus elementos históricos con la incorporación de nuevas áreas y servicios contemporáneos.
La puesta en valor estuvo a cargo del Estudio Di Prinzio Romano, que condujo el proyecto desde la evaluación de daños hasta la etapa final de obra. Se restauraron la boiserie en madera tallada, las carpinterías nobles, los techos, chimeneas, escaleras y vitraux. En los casos en que piezas originales no pudieron recuperarse, se realizaron réplicas exactas, preservando la impronta artesanal de la casona.
La planta alta, la más afectada por el fuego, fue reconstruida y hoy alberga un gran salón de usos múltiples (SUM) con baños propios, un ascensor que mejora la accesibilidad y un montacargas que conecta directamente con la cocina para el servicio de eventos.
En la planta baja se redefinió completamente el uso social del edificio con la incorporación de un restaurante nuevo, diseñado desde cero en el marco de esta obra. Este sector cuenta con capacidad para más de 100 comensales y una configuración pensada para favorecer la circulación, la sociabilidad y el aprovechamiento de las visuales hacia el entorno. La cocina, por su parte, fue ampliada y modernizada con equipamiento profesional e instalaciones actualizadas, lo que permite responder a la nueva escala de funcionamiento del Club House.
“Esta puesta en valor implicó una recuperación integral del patrimonio, conservando toda la impronta artesanal de la casa”, describió Rossetti al repasar el proceso.
La obra atravesó dos administraciones y dos Consejos de Administración, con el acompañamiento de la Comisión de Arquitectura del barrio. Rossetti destacó también el rol de La Segunda Cooperativa de Seguros, con la que se llegó a un acuerdo que permitió encarar la reconstrucción en condiciones justas.
Durante estos tres años, el empresario resumió su filosofía con una metáfora que también compartió en el acto inaugural: “Hacemos Aikido: usamos la fuerza del otro. Transformamos una adversidad en una oportunidad para mejorar.”
Con el nuevo Club House ya en funcionamiento, el cierre de la ceremonia dejó una sensación de reparación y futuro: “Fueron tres años de obras, pero valió la pena. Estoy feliz de ver que pudimos rescatar muchas piezas originales y devolverle a esta casa su espíritu, pero con un diseño actualizado y funcional.”






















