Mercado Libre y su ventaja fiscal en Argentina

La compañía de Marcos Galperin obtuvo u$s67 millones en incentivos impositivos durante los primeros nueve meses del año bajo la Ley de Economía del Conocimiento.

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Esto convierte a la Argentina en el único país donde accede a un régimen promocional explícito. El dato reabre el debate sobre el trato preferencial, el impacto en la tasa efectiva y la discusión tributaria en marcha.

Argentina volvió a ubicarse en el centro de gravedad fiscal de Mercado Libre. Según su Formulario 10-Q ante la SEC, la empresa recibió u$s67 millones en beneficios impositivos entre enero y septiembre, un incremento del 52% interanual. Se trata del único régimen promocional formal al que accede en toda la región y se apoya en la Ley de Economía del Conocimiento, que otorga estabilidad fiscal, reducción de Ganancias y créditos sobre cargas sociales. Del total, u$s50 millones correspondieron a Ganancias y u$s17 millones a contribuciones patronales.

El impacto sobre la estructura tributaria es clave. Pese a que la tasa efectiva global del grupo subió al 30,1% entre enero y septiembre —frente al 23,8% del año previo—, la conciliación impositiva muestra que sin el régimen argentino la carga sería sensiblemente mayor. Esta ventaja se refleja en resultados: en el tercer trimestre, Mercado Libre registró ganancias netas por u$s421 millones sobre ventas por u$s7.409 millones, con un crecimiento interanual del 39%. Fue el 27° trimestre consecutivo con expansión superior al 30%, sostenida por el fuerte desempeño de Mercado Pago.

A nivel regional, Brasil continúa siendo el mayor mercado, con ingresos trimestrales por u$s4.174 millones (+38%), seguido por Argentina con u$s1.593 millones (+44%) y México con u$s1.049 millones (+38%). La filial argentina destaca además por su margen operativo, apoyado en costos en pesos y menor carga impositiva efectiva. La compañía supera los 40.000 empleados en la región, con 12.000 radicados en el país.

El contraste es marcado con el resto de Latinoamérica. En Brasil, la empresa obtiene créditos de ICMS y enfrenta litigios por u$s77 millones, aunque sin regímenes promocionales comparables. En México no existen beneficios vigentes y la presión tributaria aumentó. En Chile y Colombia, la suba de alícuotas y gravámenes digitales elevó la carga fiscal, mientras que en Uruguay —donde está su sede legal— solo accede a una exención parcial sobre exportación de servicios con impacto limitado.

La singularidad argentina explica por qué los incentivos vuelven a generar debate. Mercado Libre respondió a las críticas afirmando que la Ley de Economía del Conocimiento “no implica subsidios ni exenciones discrecionales” y que desde 2020 pagó más de u$s3.000 millones en impuestos directos e indirectos en el país. El grupo sostiene que el régimen incentiva la innovación y permite sostener empleo calificado.

La discusión fiscal se superpone con otro frente: la competencia de Shein y Temu. El CEO local, Juan Martín de la Serna, advirtió que la apertura indiscriminada del comercio electrónico “genera empleo en China y no en Argentina” y reclamó un marco regulatorio igual para todos. Sus declaraciones llamaron la atención dado que la empresa es beneficiaria de regímenes especiales mientras pide mayor intervención estatal para equilibrar el mercado.

La tensión de fondo persiste: cómo impulsar la innovación sin consolidar tratamientos preferenciales para grandes corporaciones. En los últimos cinco años, Mercado Libre acumuló más de u$s350 millones en beneficios fiscales bajo el régimen. Con el Gobierno revisando los regímenes especiales como parte de la reforma tributaria, los incentivos que originalmente buscaban apuntalar a pymes tecnológicas vuelven al centro de la escena.

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