Por Alejandro Sáchez – Expansión
La popularidad de las criptomonedas se ha disparado en los últimos años. Divisas digitales como bitcoin y ethereum se han afianzado como alternativa de inversión a otros activos tradicionales, y emergen como protagonistas del futuro sistema financiero.
Las criptomonedas van mucho más allá del bitcoin. La divisa digital más popular fue la primera en abrirse paso en el mundo de las monedas descentralizadas. Pero desde entonces el desarrollo del sector ha dado lugar a miles de criptomonedas que conviven y que alcanzan valoraciones, en su conjunto, billonarias.
Qué es una criptomoneda
Una criptomoneda es un activo no material creado para funcionar como dinero digital que emplea un cifrado criptográfico para garantizar su titularidad y asegurar la integridad de las transacciones. Este cifrado permite a su vez controlar la creación de unidades adicionales, es decir, evitar que alguien pueda hacer copias como haríamos, por ejemplo, con una foto.
Una de las particularidades de las criptomonedas es que no existen de forma física, sino que se almacenan en una cartera digital.
Se diferencian además de otros medios de pago en la red, como el dinero de curso legal que tenemos en las cuentas bancarias, en que no tienen el respaldo de un banco central ni de ninguna autoridad competente. Las criptomonedas se crean sin valor subyacente y se mantienen de forma descentralizada a través los ordenadores.
La clave es el uso de cadenas de bloques o blockchain, la tecnología sobre la que se basa la mayor parte de estas divisas digitales, gracias a su capacidad para encriptar y verificar cada transacción.
Qué es el bitcoin
El bitcoin es la primera de las criptomonedas, basada en las cadenas de bloques de la tecnología blockchain. Se trata esencialmente de una unidad de valor digital que puede intercambiarse electrónicamente y que no existe en forma física. En lugar de una única autoridad u organización, una red de ordenadores crea y rastrea los bitcoins utilizando fórmulas matemáticas complejas.
La primera de las criptomonedas se ideó como un sistema económico descentralizado y abierto a todos, que proponía a los usuarios un sistema monetario y de intercambio alternativo al sistema clásico del dinero fiduciario. Su origen, de hecho, se remonta a la crisis financiera mundial de 2008, como alternativa al sistema financiero ‘tradicional’.
La base del bitcoin es el intercambio directo entre usuarios. La validación de las transacciones que éstos realizan se efectúa a través de la minería de esta criptomoneda mediante el llamado Proof-of-Work (Prueba de Trabajo).
Las transacciones del sistema se realizan directamente entre las carpetas digitales de los usuarios y se verifican en la cadena de bloques. Están firmadas digitalmente con claves privadas únicas para verificar que provienen del propietario de la cartera.
El desarrollo de la tecnología para facilitar las transacciones y la creciente popularidad han provocado que el bitcoin se esté convirtiendo en un nuevo método de pago aceptado en algunos comercios online y también en determinados establecimientos físicos.
Qué es ethereum
Ethereum es una tecnología para construir aplicaciones y organizaciones, tener activos, hacer transacciones y comunicarse sin estar regulada por una autoridad central. El token de ethereum se conoce como ether, que se utiliza para pagar ciertas actividades en la red de Ethereum y que se ha afianzado como la segunda mayor criptomoneda del mundo, solo por detrás de bitcoin.
Ethereum, lanzada en 2015, se basa en la tecnología de bitcoin, pero tiene algunas diferencias significativas. Ambos permiten utilizar dinero digital sin proveedores de pago o bancos. En cambio, ethereum es programable, así que también puede utilizarse para construir y mantener aplicaciones descentralizadas sobre su infraestructura.
Qué son las altcoins
El bitcoin, además de ser la primera y la más popular de las criptomonedas, es la de mayor capitalización de todo el mercado. En ocasiones, de hecho, ha llegado a rozar o superar el 50% de cuota de mercado, seguida de lejos por el ethereum.
Por ello, de forma simple, las criptomonedas pueden dividirse en dos bandos: el bitcoin y las miles de «altcoins» o monedas alternativas creadas precisamente como alternativa a la moneda de referencia. Aunque el bitcoin sigue siendo la criptomoneda más importante por capitalización de mercado, otras monedas, como ethereum, han ganado adeptos entre los inversores.
Su número no para de aumentar. El desarrollo de altcoins es relativamente sencillo debido a que, al igual que el bitcoin, utilizan la tecnología blockchain y códigos abiertos.
Qué son las stablecoins
A diferencia del resto de criptomonedas, las llamadas criptomonedas estables o stablecoins suelen registrar volatilidades mucho más reducidas, puesto que su principal particularidad es que replican la evolución de otro activo, incluso tradicional, como el dólar o el oro.
Esta menor volatilidad las convierte en especialmente útiles para la conversión entre monedas fiduciarias y otras criptodivisas. A medida que ha ido aumentando el universo cripto y las finanzas descentralizadas, las stablecoins han crecido en popularidad.
Tether y USD Coin destacan entre las mayores stablecoins por capitalización.
Qué son las CBDC
Las CBDC (Central Bank Digital Currency por sus siglas en inglés) son monedas digitales de bancos centrales. Se trata de una nueva forma de dinero emitida de forma electrónica por un banco central.
De esta forma los bancos centrales buscan emitir sus propias monedas digitales con el objetivo de mejorar el sistema de pagos. Las CBDC abren una nueva ventana, dado el aumento de los pagos electrónicos y el descenso del uso del efectivo. Los propios bancos centrales, además, reconocen que su lanzamiento se debe también a que la creación de instrumentos electrónicos de pago privados no regulados, como las stablecoins, puede poner en riesgo la estabilidad financiera.
Fruto de estas iniciativas, los principales bancos centrales ya iniciaron los proyectos para desarrollar sus propias monedas digitales, como el dólar digital promovido por la Reserva Federal de Estados Unidos, o el euro digital del Banco Central Europeo.
Qué es la minería de criptomonedas
La minería es clave en el funcionamiento del bitcoin y de otras criptomonedas. El minado de divisas digitales es un proceso por el cual se busca verificar la legitimidad de las transacciones realizada en la cadena de bloques.
Más concretamente, la minería de criptomonedas es el proceso en el que los mineros utilizan la potencia informática (hash), para procesar transacciones y obtener recompensas, en este caso criptomonedas. De esta forma agregan nuevos registros de transacciones como bloques a la cadena de bloques a cambio de una recompensa, entregada en el mismo tipo de criptomoneda que se está minando. Por ejemplo, si se mina bitcoin la recompensa es en bitcoins.
El minado de criptomonedas requiere un uso computacional muy elevado para la resolución de problemas matemáticos, por lo que requiere a su vez de un elevado consumo energético. A pesar de que en los últimos tiempos los ‘mineros’ de criptomonedas han incrementado el origen renovable de la energía utilizada, las consecuencias medioambientales derivadas del elevado consumo energético se han convertido en uno de los principales focos de las críticas al universo cripto.
Qué es el halving del bitcoin
El halving es un proceso automatizado de reducción a la mitad de los bitcoins que reciben los mineros como recompensa por la creación de un bloque. Supone por tanto que el beneficio por minar nuevos bloques se reduce a la mitad, lo que implica que los mineros reciben un 50% menos bitcoins por verificar las transacciones.
Los halvings de bitcoin tienen lugar cada 210.000 bloques, y se producirán hasta que la red haya generado una oferta máxima de 21 millones de bitcoins, el tope establecido en el desarrollo de la mayor de las criptomonedas.
Los halvings de bitcoin son eventos importantes para los inversores porque reducen el número de bitcoins nuevos que genera la red. Esto limita la oferta de nuevas monedas, por lo que el valor de la criptomoneda puede subir si la demanda se mantiene alta.
Cuántos bitcoins puede haber
Desde su creación del bitcoin, sus partidarios han catalogado la criptomoneda como el nuevo oro digital. Esta afirmación se basa en gran medida en la escasez o en el suministro limitado tanto del metal precioso como de la divisa digital.
En la misma creación del bitcoin sus desarrolladores establecieron un límite de bitcoins. El código informático que dio origen a esta criptomoneda determinó que solo habrá 21 millones de unidades. De esta forma, mientras los bancos centrales pueden inyectar liquidez al sistema financiero creando más y más billetes, el número de bitcoins tiene establecidos unos límites.
Dada esta ‘escasez’, los partidarios del bitcoin consideran la criptomoneda como un posible activo refugio y escudo frente a tasas elevadas de inflación, como el oro. Los detractores, en cambio, rechazan esta idea, al destacar que esta escasez sólo sirve si los inversores consideran mayoritariamente que el bitcoin tiene algún valor.
Quién es el creador del bitcoin
Satoshi Nakamoto es el nombre, o seudónimo, asociado a la creación del bitcoin, si bien la identidad de Satoshi Nakamoto ha estado rodeada siempre de misterio, por lo que se desconoce realmente quién fue el creador de la criptomoneda.
A falta de más detalles sobre la identidad del autor que está detrás de este nombre, Satoshi Nakamoto escribió y divulgó en 2008 el documento técnico que dio origen al bitcoin, su Libro Blanco: Bitcoin: un sistema de dinero en efectivo electrónico entre pares. Poco después, en enero de 2009, se publicó el software de código abierto de bitcoin, y después de aparecer su nombre en un número reducido de foros y correos personales, Satoshi Nakamoto desaparece de la vida pública en 2011.
Los investigadores han elaborado una lista de candidatos a actuar ajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto. Uno de los más citados es Hal Finney. Fallecido en 2014, Finney fue criptógrafo y promotor del primer sistema de Prueba de Trabajo (PoW), que luego sería implementado en bitcoin. .Además, fue la primera persona en recibir bitcoins del propio Satoshi Nakamoto en una transacción de 10 bitcoins, y uno de los primeros desarrolladores del software.
Pero la lista de candidatos a ser el ‘verdadero’ Satoshi Nakamoto es más amplia. Los investigadores apuntan igualmente el nombre de Nick Szabo, diseñador del llamado «bit gold», un mecanismo teórico para una moneda digital descentralizada, considerado el padre de los contratos inteligentes, y conocido por el uso de seudónimos en los años 90.
La lista de candidatos se amplía con los nombres de Wei Dai, presente ya en el Libro Blanco del bitcoin, y Dorian Nakamoto, de origen japonés con residencia en California, quien además de compartir apellido con Satoshi Nakamoto era un físico que había trabajado en proyectos clasificados de defensa y como ingeniero en sistemas para varias firmas tecnológicas y financieras.
Dónde se pueden comprar criptomonedas
La creciente popularidad del bitcoin y del resto de criptomonedas ha multiplicado el número de plataformas de negociación que permiten la compra y la venta de este tipo de divisas digitales. Entre los mayores mercados mundiales específicos de criptomonedas o exchanges destacan nombres como Binance, Coinbase o Kraken.
Junto a estos mercados específicos del sector figura una amplia lista de plataformas de inversión que, además de ofrecer servicios de compraventa de activos más ‘tradicionales’, han incorporado en los últimos tiempos la posibilidad de que el inversor puede comprar, vender o incluso prestar una ampliar variedad de las criptomonedas existentes.
Grandes entidades financieras tradicionales se han lanzado también en los últimos tiempos al desarrollo de servicios que permitan a sus clientes incorporar las criptomonedas a sus carteras de valores.
Principales riesgos
A diferencia de las acciones o los títulos de deuda, las criptomonedas no dependen de ninguna institución que pueda velar por ellas y garantizar la seguridad de la inversión o de las plataformas que las facilitan. Por ello las criptomonedas están catalogadas como uno de los activos de inversión con un mayor perfil de riesgo.
Una de sus características más reseñables es su volatilidad. El rally alcista del bitcoin del año 2017 incluyó subidas que podrían acercarse a los triples dígitos en un solo día. Del mismo modo, en las fases bajistas las caídas son mucho más acentuadas que en cualquier otro activo.
Los expertos destacan en este sentido que la falta de respaldo por parte de un banco central, como sucede con las divisas ‘tradicionales’, eleva tanto su riesgo como su volatilidad. Al carecer de un valor intrínseco, su cotización se determina en función de la confianza que le otorga el mercado.
El desarrollo de miles de criptomonedas distintas ha incrementado además el riesgo de que algunos de los proyectos que están detrás de estas divisas digitales colapsen, con el consiguiente derrumbe de su cotización y la pérdida, incluso absoluta, de la inversión.
Cómo tributan las criptomonedas
La naturaleza particular del bitcoin y del resto de criptomonedas, así como su uso minoritario, contribuyó inicialmente a una mayor indefinición a la hora de abordar fiscalmente la inversión en criptomonedas.
Estas lagunas se han ido definiendo mucho más claramente a medida que se ha multiplicado tanto la base de inversores como la cuantía invertida en criptomonedas. El resultado es que, en España, los inversores en criptomonedas tributan igual que si se invirtiera en acciones, es decir, cuando se vende y se tributa en la base del ahorro por la ganancia o pérdida patrimonial que la operación haya originado.
Qué es el DeFi
Las finanzas descentralizadas, conocidas como DeFi, emergen como vía alternativa a las finanzas tradicionales. DeFi es la abreviatura en inglés de finanzas descentralizadas -decentralized finance- y se utiliza para denominar a un ecosistema financiero construido sobre la tecnología blockchain.
Su principal característica radica en que son los propios usuarios quienes intercambian (ofertan y demandan) activos y servicios financieros directamente entre ellos, sin intermediarios, para usarlos como mecanismo de inversión o financiación, por ejemplo.
Las operaciones de las DeFi se rigen por smart contracts (contratos inteligentes, en inglés), que son programas informáticos que también funcionan con blockchain y que se ejecutan automáticamente a medida que se cumplen los parámetros que las partes involucradas establecen con anterioridad.
Es decir, las finanzas descentralizadas utilizan la tecnología blockchain para almacenar y transferir activos de forma digital, asegurando el cumplimiento de los acuerdos por parte de todos los intervinientes gracias a los contratos inteligentes.