Hace 35 años, Pilay nació como una constructora de edificios de viviendas con financiación propia, resolviendo la ausencia histórica del crédito hipotecario en el país.
Su epicentro fueron las ciudades de Rosario y Santa Fe, para luego extenderse a Córdoba y Entre Ríos, para convertirse luego de tres décadas, en la desarrolladora referente de la Región Centro. Una gigante que a la fecha contabiliza más de 190 edificios entregados, 30 edificios en construcción y 350 hectáreas en obra para grandes desarrollos.
Gonzalo Crespi, Director de Pilay, repasa junto al periodista Marcelo Fernández la génesis de la desarrolladora.
¿Cómo se vienen actualizando en cuanto a su cartera de productos? ¿En qué consiste este proceso de cambios?
Pilay comenzó en el año 88, en un momento en el que no había opciones de crédito, no había forma de tener un departamento.
Nosotros revolucionamos el mercado con un producto que, pensando en el largo plazo, resolvía un problema de vivienda, ante una necesidad monstruosa. Con ese producto estuvimos casi 10 años trabajando, siempre en Rosario y Santa Fe, hasta que en el año 98 empezamos a diseñar un modelo de negocio distinto. Generamos sobre la misma base un concepto de negocio más vinculado con el ahorro, tomando los ahorros de la gente y depositándolos en ladrillos como garantía.
Así, nos metimos en un nicho muy grande que nos habían dejado los seguros de vida y capitalización. Ellos te pedían el ahorro para ponerlos en activos financieros. Nosotros hacemos lo mismo, pero en vez de en activos financieros, en activos reales.
No quisimos ir a Capital Federal porque era un negocio muy grande, de mucho volumen y por eso fuimos a Córdoba. Nos propusimos desarrollar la región centro.
Antes, nuestro producto era la administración del ahorro transformado en ladrillo, en un monoproducto, en este caso, departamentos de 78 metros cuadrados. Hoy, la idea es presentarles distintas alternativas a nuestros clientes.
¿Qué tipo de alternativas?
Tierra, loteos. Empezamos con Santomás, en Santa Fe, que son 160 hectáreas en Santo Tomé, donde hay macrolotes para viviendas colectivas y lotes para viviendas individuales.
En Santa Fe también desarrollamos lo que se llama Los Domingos en Sauce Viejo, que son 174 hectáreas para loteos.
¿Eso es para los clientes actuales o para clientes nuevos?
Para cualquiera. Los actuales tienen opción, ellos tienen un capital ahorrado y pueden distribuirlo entre distintos proyectos. Lo pueden usar donde quieran.
Hoy tenés opciones de lotes, también de housing, que son lotes más chicos, pero con una casa.
Hay, además, cocheras, locales, monoambientes, y un montón de opciones de inversión para el capital que nuestro cliente tiene invertido y ahorrado.
Para tomar dimensión de todo lo que ustedes venían haciendo, ¿cuántos metros llevan construidos?
En este momento estamos construyendo 230 mil metros cuadrados en la Región Centro. De esos, 80.000 metros cuadrados se están haciendo en Rosario.
También hemos desarrollado productos como en Santa Fe, Paseo del Molino, que es un emprendimiento enorme, con muchos departamentos, con galerías, con salones comerciales. Son pequeñas ciudades.
Hay un estilo de vida distinto, además.
Bueno, la gente se está yendo afuera. No sé si habrá sido la pandemia.
En el siglo XIX, las familias con mayor capacidad económica vivían lo más cerca posible de las plazas centrales. Hoy es al revés. Con buena conectividad, podés ir a cualquier lado. Grandes capitales han quedado con los centros vacíos a la noche.
Concretamente en el área de Rosario Metropolitana ¿qué productos puede ofrecer Pilay?
Cinco Lagos, en Ibarlucea. Son 272 hectáreas, en asociación con la empresa Life. Ellos empezaron a desarrollarlo y nosotros compramos macrolotes. Este proyecto tiene centros comerciales, educativos y deportivos. Es un barrio cerrado de gran magnitud.
En Fisherton desarrollamos Los Pasos 1 y 2.
Los Pasos 1 se levanta frente al estadio mundialista de Hockey y Los Pasos 2, la segunda etapa, que es el doble de la primera, se ubica perpendicular a la autopista.
En Rosario compramos lo que era la cooperativa Fecovita (Carballo 901) y ahí vamos a hacer un desarrollo con paseo comercial, con otro tipo de condiciones. Es un cambio profundo, estratégico, importante.
¿Qué es lo que sigue entonces para Pilay?
Seguir apostando fuerte a todo el desarrollo de emprendimientos. Dejamos de ser un administrador con un monoproducto constructivo, para ser un desarrollador.
Nosotros nos llamamos la tercera ola de Pilay. La primera ola fue cuando salimos a vender un plan de vivienda con departamento a largo plazo cuando nadie vendía, en el año 88, 89. Eso no existía y nosotros tuvimos un éxito bárbaro.
La segunda ola fue cuando cambiamos de vender departamentos en cuotas a administrar un fondo con ladrillos como garantía.
La tercera ola es esta, que es reacomodar toda nuestra gran cartera, dando alternativas diferentes para resolver problemas de ahorro, de capitalización, de alquileres, de vivienda.