La EPE y el suministro para nuevos desarrollos: “Queremos resolver el paquetazo que nos dejaron”

Consciente de las obras frenadas por falta de luz aseguró “estar armando un plan para dar respuesta concreta a las empresas”

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Tras iniciar su gestión como nuevo presidente de la Empresa Provincial de la Energía, Daniel Marcucci realizó su diagnóstico de la entidad: identificó unas 350 unidades móviles en condiciones de venderse, rematarse o ser descartadas como chatarra, más de 500 mil medidores antiguos abandonados en un depósito y un pasivo de 30.000 millones de pesos. Sin embargo, destacó un punto clave para el desarrollo funense, la burocracia interna para brindar suministro para nuevos desarrollos.

“Es una situación que tenemos claramente identificada, incluso casos en los que uno tiene vínculo directo con los usuarios. Como empresa, lo primero que pedí es ver cómo estamos. Hay cosas que son increíbles, como que alguien pueda estar tres años con la luz de obra. Esa energía es apenas suficiente para ascensores y algunos requerimientos de la vida cotidiana”, explicó.

La problemática atañe particularmente a la ciudad, en pleno boom inmobiliario y demográfico durante los últimos años, pero con frecuentes demoras en lograr la habilitación definitiva del suministro eléctrico. “Estamos armando un plan para dar una respuesta concreta. Ya estamos resolviendo algunos casos, pero queremos resolver el paquetazo (sic.) que nos dejaron. La EPE tiene que ser aliada de los desarrolladores, no un obstáculo”, afirmó.

En este sentido, Marcucci dijo que intentará modernizar la empresa bajo su gestión: “Queremos incorporar medidores inteligentes, telemedición y la digitalización de la empresa”.

En lo que respecta al resto del diagnóstico de la EPE, el actual presidente afirmó que se encontró un pasivo que ronda los 30.000 millones de pesos. Por otro lado, contó que debió dar de baja 350 unidades del parque automotor: “Algunas estaban en condiciones de venderse, otras fueron directamente a remate. Son chatarra que ocupaba lugar, mientras que estábamos alquilando almacenes por no tener espacio”.

Otro ejemplo de ineficiencia que destacó fueron los 500 mil medidores antiguos abandonados en un depósito. “Es lógico el proceso de reposición por medidores más modernos, pero hay que sacarse de encima a los dados de baja por una cuestión de buena administración y porque no se puede dejar todo tirado ocupando espacios que pueden tener otro fin”, opinó.

“Cuando se tiene una política de no invertir y regalar la tarifa, no hay magia, hay inflación. Con la desinversión empieza a haber problemas crecientes de calidad de servicio, puntualmente lo que nosotros recibimos”, concluyó.

 

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