El tejido urbano de Funes comienza a vivir una etapa de completamiento tras las huellas de los megadesarrollos que marcaron las zonas más atractivas de la ciudad.
A escasas cuadras de la autopista, frente al barrio Aguadas y lindero al Hotel Howard Johnson y el Colegio Arino, en una fracción de 10 hectáreas, el empresario Javier Macchi planifica la explotacion del predio alquilado al Colegio Arino y la Fundación del Gran Rosario por 5 años con opción a una extensión del contrato de 2 años adicionales.
Según explicó Macchi a El Occidental, analiza con tiempo las alternativas más funcionales de inversión para esas tierras que sintonicen con el entorno y los plazos contractuales.
“Comenzamos con la limpieza del terreno y el movimiento de suelo mientras evaluamos opciones. Claramente todo lo que se monte deben ser estructuras livianas. En un sector de aproximadamente una hectárea, hay una fantástica arboleda que podría ser un entorno apropiado para un área gastronómica. La ventaja de su ubicación, aislada de urbanizaciones vecinas, le otorga un marco adecuado para generar un punto de encuentro social sin causar molestias”, analizó el referente del Colegio Arino, quien evalúa negociar los tiempos de locación para extenderlos a un plazo de 10 años.
Sobre las 9 ha restantes, Macchi plantea la posibilidad de generar un espacio deportivo con canchas de tenis o paddle, aunque remarco: “Es solo una idea, estoy abierto a explorar otras opciones superadoras”.
SOBRE EL ENTORNO DEL PREDIO
Un aspecto no menor, a la hora de encontrar el negocio que más sintonice con la zona, es su cercanía al demorado nodo comercial Calmo en el barrio abierto Angelomé, ubicado en la gran manzana de Galindo y autopista. Desde los inicios del desarrollo que timonea el empresario Gerardo Glusman, se sabe que Calmo será el gran centro de encuentro social donde no sólo habrá variada oferta comercial, sino que contará además con un núcleo gastronómico que moverá la aguja de la nocturnidad funense.
El predio alquilado por Macchi además cuenta con un excepcional acceso a la autopista, el potencial público de los barrios privados de la zona y el flujo de pasajeros del hotel de Alejandro Piscione, todo un ecosistema que tienta para pensar en algún proyecto que pueda marchar para la temporada alta estival.