Un coworking funense se instala en la casa de Murray y prepara un modelo de franquicias

La empresa Bioma administrará unas 24 escritorios dentro de la casona e instalará módulos para oficinas privadas en el exterior

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Un espacio de coworking se muda a la casa de Murray y espera abrir sus puertas en diciembre de 2022. Se trata de Bioma, que trasladará su sede de calle San José 1769 al histórico inmueble de Tomás de la Torre y Suipacha. El proyecto comprende una puesta a punto de la casona y la instalación de “containers” con oficinas privadas en el exterior del edificio.

Según confió a este medio Cecilia Santos, socia fundadora de Bioma, la nueva sede tendrá 24 puestos de trabajo en su interior y una sala de reuniones. A estos se sumarán inicialmente cuatro contenedores para oficinas que se emplazarán en el parque que rodea al edificio histórico. Según adelantó, la idea es ir escalando gradualmente junto a la demanda e instalar más espacios privados hasta alcanzar un total de diez. “La ventaja de este modelo es su flexibilidad y que un módulo se arma en entre 40 y 45 días.

Además de las instalaciones típicas de un coworking, en la casa de Murray la firma pondrá a disposición de sus coworkers una serie de prestaciones que aportan valor. Entre ellas, se destacan un parque de 1.200 metros cuadrados con la posibilidad de utilizarse en eventos, una pileta y la galería del lugar. Más allá de estos beneficios edilicios, desde la firma también implementarán una propuesta de actividades sociales y recreativas, como asados, “jueves de mujeres” y otras vías de favorecer la integración entre quienes acuden al lugar.

En cuanto al esquema de contratación, Bioma plantea un sistema flexible sin contratos ni comisiones, con la posibilidad de adquirir desde un pase diario, hasta planes que incluyen desde 20 hasta 80 horas mensuales. También se permite la modalidad full – time, con horas ilimitadas a lo largo del mes con o sin un escritorio exclusivo. En lo que respecta a las oficinas privadas, Santos aclaró que debido al alto nivel de demanda la única exigencia es una estadía mínima de tres meses.

Si bien la compañía ve con buenos ojos aprovechar la expansión demográfica local y la posible llegada de profesionales que traerá aparejada la puesta en marcha de Ciudad Industria, de momento no hay un plan concreto de nuevas sucursales en Funes. No obstante, se prepara para abrir sus primeras franquicias en otras localidades. De momento, los dos primeros interesados se ubican en España y en Ciudad Autónoma de Buenos Aires respectivamente.

El modelo de negocios de Bioma no solo tiene una serie de especificaciones con respecto a las prestaciones puertas adentro de las instalaciones, sino que implica ciertas pautas sobre las características demográficas de los lugares en los que abre sedes. La idea, según explicó su cofundadora es apuntar a ciudades pequeñas y zonas residenciales, en lugar de enfocarse en las áreas céntricas de las grandes ciudades como en el modelo tradicional.

“Cuando empezamos, no había espacios de este tipo en pueblos y zonas residenciales, donde vive la gente. Optamos por hacer una prueba de concepto en Funes que tiene todas las ventajas de un pueblo, pero no contaba con lugares para trabajar”, explicó. Actualmente, el coworking tiene otra casa en Núñez (CABA).

Bioma lleva dos años de trabajo desde su apertura, el 9 de marzo de 2020, apenas once días antes de la disposición del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio dispuesto por el gobierno. “Por suerte teníamos un cash flow más o menos acomodado para aguantar. Luego, la reconversión del trabajo a trabajo remoto hizo que se abra muchísimo el mercado porque la gente se dio cuenta de que, si bien está bueno trabajar en casa, los ruidos y el movimiento habitual pueden ser una fuente de angustia y estrés”, apuntó Santos.

Finalmente, concluyó: “El modelo de coworking funciona también en ciudades pequeñas. Hay gente que necesita salir de su casa, tener contacto con el otro y sumergirse en un ecosistema de profesionales para trabajar”.

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