En diálogo con El Occidental, el Director de Fundar, Angel Seggiaro, reflexiona sobre la realidad del mercado inmobiliario de la región y anticipa los próximos movimientos de sus megadesarrollos: por un lado Ciudad Industria -el parque industrial que lleva adelante junto con Rosental Inversiones, Juan F Rossetti e Ivanar; por otro Arboria, el gigante residencial que involucra proyectos comerciales y educativos, al que el empresario considera el desarrollo más importante de Rosario.
Mientras la venta de lotes en Ciudad Industria ya cubre alrededor del 40% de las tierras comercializables, Seggiaro ponderó como “exitosísimo” el proceso de venta de las Naves Pyme. Un producto llave en mano ideal para resolver el problema de la pequeña empresa.
Pero como todo masterplan de gran escala, el empresario advierte que a medida que el plan se va desarrollando a lo largo de los años, se generan nuevas oportunidades de negocios, mostrando el potencial del polígono de Funes.
“A Ciudad Industria hay que verla como una Plataforma de Negocios, más allá de lo que involucra un parque industrial”, analiza el directivo, destacando la magnitud no solo del proyecto en sí, sino del área de ingreso, con su imponente infraestructura vial, una suerte de “autopista paralela” con la consecuente potencia comercial que genera “la cara” del propio parque.
La vasta extensión de tierra es ya demandada para la instalación de una estación de servicios, bancos, showrooms y una multiplicidad de comercios para abastecer a las empresas instaladas en el parque.
De este modo Seggiaro pone en dimensión la fortaleza presente y futura del desarrollo industrial.
ARBORIA
A pocos minutos de Ciudad Industria, Fundar avanza con Arboria, la nueva saga de “Condominios del Alto” en Fisherton.
El proyecto se implanta en 18 hectáreas a desarrollarse en 7 etapas, y con la misma lógica aplicada al parque industrial de Funes, Seggiaro adelanta: “Estamos pensando en la segunda etapa de este proyecto que ha tenido una evolución vertiginosa. Pero no podría hablar de cómo serán las próximas”, respetando de este modo la permanente variación del mercado, consciente de la plasticidad que debe tener un proyecto de semejante envergadura.
De igual modo, el empresario asegura que ya hay hábitos que se han consolidado: “la gente evita desplazarse a grandes distancias. La cercanía de colegios, clubes y comercios es un valor agregado necesario”.
LA EPE Y EL CUELLO DE BOTELLA PARA EL CRECIMIENTO
Como es de público conocimiento, la dramática situación de la EPE lleva a la parálisis de cientos de proyectos del Gran Rosario. Según el actual presidente de la empresa provincial, Hugo Marcucci, la administración del Gobernador Pullaro se encontró un panorama desolador con un rojo de $30.000 millones, medio millón de medidores tirados en un depósito y 350 móviles en mal estado, datos que sirven a modo de graficar el cuadro de situación.
“Hay potencia pero no distribución”, asegura Seggiaro, en total conocimiento de la situación. Como vicepresidente de la AEV -Asociación de Empresarios de la Vivienda-, el directivo confirma el contacto de la entidad con el organismo para destrabar el “cepo” que la EPE le plantó a la construcción.
Dentro de las alternativas, el empresario ve como viable la creación de un mecanismo con aportes privados para la obra pública. Ejemplificando recordó el Fideicomiso de la obra de gas: “Estuvo administrado por el Banco Municipal, y así, los empresarios de la vivienda pudimos llevar gas a residencias y comercios. Fue un caso de éxito”.