En el día de ayer, y por amplia mayoría en asamblea extraordinaria, fue aprobada la restauración y ampliación del club house del Kentucky Club de Campo. Recordemos que el 18 de enero de 2021, el inmueble de altísimo valor patrimonial sufrió un incendio que afectó prácticamente a todo el edificio histórico.
La Casona convertida en 1999 a Club House del Kentucky Club de Campo, que data de principios de 1900 y cuyo diseño se le atribuye al arquitecto inglés Charles Rennie Mackintosh, será restaurada bajo el proyecto y dirección del Estudio de Arquitectura Romano-Di Prinzio y se estima un plazo de 18 a 24 meses para su reinauguración.
“Estoy convencido que la tristeza y amargura de aquel 18 de enero de 2022 será compensada con creces el día que reinauguremos esta emblemática construcción para nuestro club de campo, poniéndolo en valor nuevamente y acondicionándolo a las actuales necesidades del barrio, mejorando sustancialmente el sector destinado a gastronomía, mediante la incorporación de un salón comedor con capacidad de 100 cubiertos, manteniendo su tradicional comedor principal en el edificio histórico, ampliando el sector de planta alta para salón de eventos e incorporando un ascensor” comentó a El Occidental, con notable emoción Juan Felix Rossetti, Administrador del KCC.
Finalizando, el empresario agregó: “Estoy muy agradecido a todos y cada uno de las personas que durante este año acompañaron todo el tedioso proceso para llegar a este punto”, resaltando el trabajo en equipo realizado junto al Consejo de administración y los profesionales involucrados. Rossetti hizo además especial mención a “la excelente respuesta de La Segunda Compañía de Seguros donde teníamos asegurado el edificio”.
Un poco de historia de la vieja casona
Años atrás, en una de las ediciones de la revista de Kentucky Club de Campo, la arquitecta Noemí Chicco, alma mater de un modelo urbanístico que hoy jerarquiza la ciudad, relataba la historia de la vieja casona.
En su narración, destacaba que el terreno donde se erige la casona fue adquirido en la década del cuarenta por don Juan Félix Rossetti. En aquel entonces, era conocido en la zona como Granja Nenucho. Luego, en los años sesenta, el nuevo dueño tomó el nombre del estado más importante de los Estados Unidos para formar el haras Kentucky, donde se formaron importantes ganadores de algunos de los premios más codiciados.
En el haras se celebraban eventos que propiciaban el intercambio entre miembros de la comunidad. Cada 1° de mayo, se ofrecía un asado con cuero, al que asistían el gobernador de la provincia, funcionarios públicos y destacadas personalidades del ámbito cultural y político, como así también los 25 de mayo, se realizaban las cuadreras, carreras de caballo abiertas a los habitantes de la zona.
La edificación es testigo de más de un siglo de vida. Aparece montada sobre un nivel más elevado que el terreno que la rodea y su diseño está íntimamente ligado con las formas geométricas básicas, remarcadas por dos agresivos picos que se elevan hacia el cielo, vigilando una sucesión de pequeñas ventanas que delatan el piso superior. Las dos fuertes columnas a la izquierda, decoradas con elementos naturales que delatan influencias Art Nouveau, al igual que las barandas del patio, a la derecha, caladas con un simétrico ritmo de corazones que, de pronto, rematan en un erguido pilar lateral. La chimenea, en lo alto, sobresale revestida con mayólicas verdes y la curiosa figura de dos gatos preparándose para luchar.
La obra fue ejecutada con materiales traídos de la vieja Europa, las tejas francesas, las mayólicas, los azulejos belgas, los sanitarios con el sello de la casa real inglesa, dan como resultado una vivienda rural que habla con el lenguaje propio de la influencia Art Nouveau sobre una arquitectura heterogénea de fines de siglo.
Si bien no hay certezas con respecto al autor de su diseño de origen, se encontraron muchas similitudes con la obra de Charles Rennie Mackintosh, arquitecto, diseñador y pintor (1868 – 1928) nacido en Glasgow, pionero del movimiento moderno y precursor del postmodernismo. “Datos y fotos de sus obras, nos dan la certidumbre de que quien la proyectó provenía de su influencia, logrando así entender la paz y armonía espiritual que trasunta la casona”, relataba Chicco.
Además, la arquitecta afirma que, al tomar como modelo el trabajo de Macintosh, rechazando de esta manera la copia de los modelos academicistas imperantes en la arquitectura rosarina de la época, se constituyó en un testimonio de la vanguardia. “Evitó seguir caminos trillados emitiendo un mensaje claro donde prevalece el principio de diseño que parte desde el interior expresándose en el exterior”, subrayó.
