La distribuidora y comercializadora de pinturas Waterline consolida su presencia en Funes y región a partir de su estratégico local sobre Ruta 9, en el tramo final de Fisherton y su desembarco en el polígono Ciudad Industria, con una nave de 1.800 m2.
Apostando a la expansión demográfica de la zona Diego Zamudio -socio de la empresa- explicó: “Trabajamos con grandes desarrolladores de los barrios más importantes, con las constructoras y con los exclusivos estudios de arquitectos y diseñadores que buscan diferenciarse”
Pese a las restricciones vigentes sobre la importación, Waterline no vio resentida su actividad y expansión. “Trabajamos con un mínimo de seis meses de stock en productos de alta rotación, lo cual nos permite no sufrir faltantes de mercadería. Pudimos proveer a nuestros clientes normalmente. Quienes acopiaron estaban tranquilos, ya que su stock estuvo separado en nuestros depósitos”, apuntó el empresario.
Los materiales con los que se trabaja en el rubro han cambiado con el paso del tiempo. De acuerdo con Zamudio, hoy la marca trabaja con revestimientos texturados con agregados de mica, componente que aporta brillo natural. Pueden aplicarse con rodillo u otros métodos dependiendo de la terminación buscada y permiten disimular imperfecciones en la superficie.
Este tipo de materiales también permiten abaratar el costo de la mano de obra. Actualmente, el servicio de los aplicadores profesionales de Waterline tiene un costo que oscila entre 1800 y 2200 pesos por metro cuadrado, dependiendo del estado de la superficie a pintar.
Por otro lado, Waterline también se hace fuerte en su línea para el rubro automotriz. “Estamos alineados con la tecnología más alta, como la línea a base de agua. Es sustentable porque reduce la emisión de dióxido de carbono y emite un 90% de componentes volátiles. Además, permite reproducir más de 164 mil colores, ahorrar tiempo y aumentar la productividad”, explicó Zamudio. No obstante, la compañía sigue trabajando con una línea de pintura a base de solvente, dado su menor costo y la inexistencia de una regulación que la prohíba en Argentina.
“Tanto en construcción como en el rubro automotor, el precio de los insumos, al estar fijo, se acomodó luego de la devaluación del 14 de agosto y ahora podemos trabajar con cierta previsibilidad a corto plazo”, comentó.
Finalmente, el empresario concluyó: “Tenemos procesos ambiciosos de seguir apostando al crecimiento para el 2024. Creemos que va a ser un buen año, ya que hay mucho para pintar y nosotros somos la mejor opción. Cumplimos con los requisitos y exigencias que buscan las empresas en sus proveedores. Tenemos respaldo profesional para nuestros clientes, importante stock para acopiar, el mejor precio de fábrica sin intermediarios, las primeras marcas del mercado, logística inmediata y una trayectoria de 50 años en el mercado”.
