A pocos días de la profundización de la crisis con el recambio del gabinete económico, en un mercado de bienes y servicios sin precio, el panorama desolador desaceleró el ritmo de las transacciones en todos los sectores productivos.
El mercado de la vivienda, sin embargo, tiene una velocidad de reacción muy diferente al resto, donde los escenarios de inestabilidad cambiaria con devaluación a la vista, no impactan en forma inmediata en los valores de mercado.
Sí se observa una paralización de las operaciones de compraventa, tal lo confirma Germán Gómez Picasso, titular de Reporte Inmobiliario, la plataforma de análisis del real estate.
¿Cuán alineada al escenario nacional está Funes, una localidad que marca un ritmo constructivo por encima de la media?.
Para Lisandro Argüelles, desarrollador y broker inmobiliario “el valor de los terrenos y las viviendas terminadas mantienen el mismo valor en dólares. El mercado inmobiliario es más estable que el resto porque está atado al dólar. El propio CAC -Índice de la Cámara Argentina de la Construcción- sigue de cerca al dólar”.
“La situación cambia cuando nos referimos a los desarrollos en etapa constructiva, que se enfrentan a la imposibilidad de poder acopiar para anclar el precio porque no hay valores”. En este sentido, Argüelles está expectante como el resto de sus colegas, a la evolución que tendrá el metro cuadrado de construcción y su posterior precio de venta.
En relación a las operaciones inmobiliarias de casas terminadas y lotes, Argüelles marcó una situación propia del particular momento: “cuando sube el blue, empiezan a aparecer oferentes con valores inferiores a los que se venían vendiendo. Son circunstancias temporales”, advirtió a los propietarios que tienen un inmueble en venta en el actual contexto.
