El tejido urbano de Funes comienza a vivir una etapa de completamiento tras las huellas de los megadesarrollos que marcaron las zonas más atractivas de la ciudad.
A escasas cuadras de la autopista, frente al barrio Aguadas y lindero al Hotel Howard Johnson y el Colegio Arino, en una fracción de alrededor de 4 hectáreas, se observan trabajos de movimiento de tierra preparando el terreno para un nuevo desembarco.
La superficie nada despreciable del predio, abre el abanico para un sinfín de potenciales proyectos: Housing, oficinas y locales comerciales, encajan perfectamente en la zona de envidiable acceso.
Un aspecto no menor, a la hora de encontrar el negocio que más sintonice con la zona, es el demorado nodo comercial Calmo, en el barrio abierto Angelomé, en la gran manzana de Galindo y autopista. Desde los inicios de la iniciativa que timonea el empresario Gerardo Glusman, se sabe que Calmo será el gran centro de encuentro social donde no sólo habrá variada oferta comercial, sino que contará además con un núcleo gastronómico que moverá la aguja de la nocturnidad funense.
Es por esto último, que las especulaciones entorno al destino del predio de las 4 hectáreas, se acercan más a la idea de establecer un núcleo gastronómico que capitalice la impronta social que se aspira dar a la zona