La corredora funense María Laura Negro finalizó el pasado fin de semana la reconocida maratón de Boston, Estados Unidos, con un tiempo de 3:30:00. Con esta carrera, a la cual accedió por calificación internacional, obtuvo el Six Majors, codiciada medalla que se otorga a quienes terminan las seis competencias más importantes del mundo Berlín, Chicago, Londres, Nueva York, Tokio y Boston. Todos sus entrenamientos, en los que recorrió unos 200 kilómetros por semana, se llevaron adelante en el predio del country Kentucky.
“Comencé en el 2017 con el sueño de correr en Berlín y después seguí metiéndome. Seguí corriendo hasta que me agarró la pandemia. En ese entonces pude correr la maratón de Nueva York adentro del country, ya que no se podía viajar. Al año siguiente, lo hice allá, en Estados Unidos”, relató Negro, quien además ejerce la profesión de abogada.
“Correr se volvió una terapia para mí. Entrenar toda la mañana dentro del barrio y que me saluden todos los vecinos y hasta el personal del Kentucky. Soy la loca que corre”, bromeó.
El logro deportivo llegó en circunstancias particulares. Resulta que, en 2020, con motivo de la pandemia de Covid-19, la maratón de Tokio se vio suspendida y recién pudo volver a habilitarse en este año. Así las cosas, María Laura decidió correr la carrera, la quinta en su palmarés, el pasado 5 de marzo. Es decir que la fecha resultó sumamente cercana a la prueba de Boston, la cual pudo terminar con un récord personal.
“Boston es la carrera de los corredores, la figurita difícil. Solamente podés acceder a ella pagando una fortuna o, como en mi caso, por clasificación internacional”, explicó. El acceso lo obtuvo en diciembre de 2022, en una maratón fuera del Mayor, en Valencia. Allí, consiguió una marca de cerca de 3:37:00, tres minutos por debajo del límite requerido. “Fue un sueño. Me encantó. Fue algo alucinante”, exclamó.
El entrenamiento de la corredora estuvo a cargo de Atenas, un grupo rosarino especializado en running. Lleva cuatro años con el equipo, con una rutina personalizada según cuál sea su carrera objetivo, considerando las características del terreno y la complejidad. “Como Boston es muy ondulado, hicimos muchas puestas y pasadas para fortalecer las piernas. Los fines de semana hacía fondos de 30 kilómetros. Es duro en ese sentido. No paré desde el año pasado, ya que corrí Valencia, Tokio y ahora Boston”, contó.
Con la medalla del Six Majors en su poder, María Laura dice que todavía tiene ganas de competir. “En mi casa me dicen ‘bueno, listo, terminaste’, pero es imposible eso. Llegué el sábado, luego de haber corrido en Estados Unidos y ya me puse a entrenar para competir en Rosario. Corro por hobby, pera mí es terapéutico, si no salgo a entrenar, me falta algo”, concluyó.