Pasaron solo nueve años desde su fundación y ocho desde que empezó a operar como aerolínea. Basada en el modelo ultra low cost, que su CEO y dueño, Eduardo Ortiz, considera como «el gran ganador» del sector, hoy JetSmart es el segundo mayor jugador del mercado aeronáutico argentino, tiene operaciones locales en cuatro países, vuela 80 rutas en la región y proyecta crecer 82% en el tercer trimestre de 2025.
Si bien, hasta el año pasado, su estrategia estaba basada en el plan de convertirse en una aerolínea de bajo costo regional, con más operaciones internacionales que domésticas, las desregulaciones que se introdujeron en el mercado aéreo local hicieron que su norte cambiara.
Actualmente, la operación local en la Argentina es uno de sus principales negocios, al punto que más que duplicó su participación contra el año pasado. Según datos de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), la compañía tuvo en junio de 2025 un market share del 23% del mercado de cabotaje. El mismo mes del año pasado, su participación de mercado era del 11%, lo que la colocaba en tercer operador local, detrás de Flybondi. Ortiz explica el timing de la aerolínea para cambiar de destino en la mitad del camino, a la vez que reafirma sus planes de crecer en el país, con la incorporación de dos nuevos aviones a su flota local.
El mercado de aviación argentino tuvo una transformación histórica en los últimos 18 meses. Esto impactó en toda América del Sur y, sin dudas, el cambio vino muy ligado a las políticas económicas y regulatorias del gobierno del presidente Milei.
Hubo una discrecionalidad muy grande en quién obtenía qué y a cuánto. Al ver superávit fiscal y un tipo de cambio que, si bien tuvo un ajuste muy fuerte en diciembre de 2023, el año pasado empezó a gravitar de forma más predecible, y eso le dio a JetSmart la confianza para invertir durante el primer semestre de 2024.
Una cuestión importante tiene que ver con un cambio regulatorio muy profundo. La Argentina tenía un código aeronáutico muy antiguo, extremadamente proteccionista y completamente desalineado a la regulación moderna.
Hoy la aerolínea tiene 15 aviones en el país versus las ocho que tenían hace un año. A eso, se agregó la posibilidad de sumar tripulaciones extranjeras a volar un avión argentino.
Todavía quedan algunos aspectos por resolver. Existen algunas regulaciones que no son como deberían ser en un mercado de libre competencia. Por ejemplo, la asignación de espacios en Aeroparque. Esta adjudicación tiene que ser en relación a la operación de cada aerolínea. La Secretaría de Transporte y ANAC son los organismos que se tienen que hacer cargo de la asignación transparente y equitativa de los espacios de pernocte, mientras que Aeropuertos Argentina debe usarlo eficientemente y aplicarlo.