El mundo del deporte está en constante evolución, y en los últimos años, España ha sido testigo de un fenómeno que ha revolucionado el ocio deportivo: el pádel. Tanto es así, que según los informes más recientes de la Federación Española de Pádel, se sitúa como el país con más clubes de pádel en Europa, alcanzando los 3.800 en total. Este auge del pádel ha transformado el panorama deportivo e inmobiliario, atrayendo inversiones y promoviendo la construcción de instalaciones especializadas; de hecho, el informe Global Padel Report 2023, elaborado por Deloitte y Playtomic, estima que el negocio del pádel habrá alcanzado los 6.000 millones de euros en el año 2026.
Ahora, un nuevo deporte está siguiendo sus pasos y promete generar un impacto similar: el pickleball. Este deporte, que combina elementos del tenis, bádminton y ping-pong, ha crecido de forma espectacular en Estados Unidos y ya está empezando a ganar popularidad en España. Tal es así que se espera que, al igual que sucedió con el pádel, el pickleball capte la atención de jugadores, inversores y promotores inmobiliarios, impulsando el desarrollo de nuevas instalaciones y consolidándose como otra tendencia deportiva emergente en el país.
¿Qué es el pickleball? El pickleball es un deporte de raqueta de origen estadounidense que se juega en una pista más pequeña que la de tenis, con una red baja, y una pelota perforada. Además, es fácil de aprender, para todas las edades y niveles de habilidad, y muy dinámico. Estas características han ayudado a que su popularidad se dispare, especialmente entre los jugadores que buscan una alternativa más relajada al tenis o al pádel.
Para entender el potencial impacto del pickleball en el sector inmobiliario español, basta con analizar lo sucedido con el pádel en los últimos años. Su popularidad ha impulsado la creación de clubes deportivos, instalaciones privadas y complejos residenciales que incluyen pistas de pádel como atractivo adicional para los compradores. Este fenómeno no solo ha transformado el diseño de nuevos desarrollos residenciales, sino que también ha revalorizado inmuebles cercanos a instalaciones deportivas.
En ciudades como Madrid, Barcelona, y en zonas costeras, la demanda de viviendas con acceso a pistas de pádel ha aumentado, y los promotores inmobiliarios han aprovechado esta tendencia para diferenciar sus proyectos. Además, la inclusión de pistas deportivas en los complejos residenciales ha sido una estrategia clave para atraer a compradores jóvenes y familias que buscan opciones de ocio dentro de sus propias urbanizaciones.
El crecimiento del pickleball en España presenta una oportunidad similar a la del pádel, con el potencial de afectar significativamente al mercado inmobiliario. Uno de los factores que hacen al pickleball especialmente atractivo para los promotores inmobiliarios es el reducido espacio que requiere en comparación con otros deportes de raqueta. Una pista de pickleball ocupa aproximadamente la mitad del espacio que requiere una pista de tenis, y además se pueden construir tanto outdoor como indoor. Esto permite que se construyan más pistas en áreas limitadas, optimizando el uso del terreno en desarrollos urbanos, lo que seguramente repercuta en la rentabilidad de las inversiones respecto al espacio o suelo necesario y el consiguiente coste de construcción e incluso de alquiler de las pistas.