En septiembre pasado, la Unión Argentina de Rugby (UAR) tomó una decisión tajante. Con el propósito de mantener su «compromiso con la integridad del deporte», la institución rechazaba cualquier tipo de asociación con empresas que promovieran las apuestas deportivas. «Priorizamos la salud y el bienestar de nuestra comunidad», cerraba el escueto comunicado que le cerraba la puerta a recibir patrocinio de estas compañías, que en los últimos años se convirtieron en grandes sponsors de clubes y asociaciones deportivas.
Detrás de esta renuncia se llega a ver la manera en que la entidad madre del rugby local se relaciona con sus patrocinadores, con quienes busca establecer una asociación de largo plazo. Más de la mitad de las marcas que le dan apoyo económico a la UAR lo hacen hace más de 10 años.
«Nosotros buscamos empresas que realmente crean una relación a largo plazo. Para mí eso es lo más importante. A la UAR no le sirve tener sponsor por un año. Y, en lo personal, creo que tampoco les sirve a las compañías. Para nosotros es importante ser socio de las marcas. Tener una relación de confianza con ellos«, dice Miguel Dupont, gerente comercial de la UAR desde hace más de 15 años.
Para confirmarlo da vuelta el monitor de su computadora y dice: «Este chat para mí es uno de los más importantes que tenemos. Es el grupo que tengo con todos los responsables de las marcas que nos apoyan».
Ingresos
Cada año, a la UAR le ingresan más de US$ 10 millones en concepto de sponsoreo. Con ese dinero, la entidad sostiene el desarrollo del deporte en todo el país, los seleccionados nacionales -Los Pumas, Las Yaguaretés, Pumas Seven, Argentina XV y Pumitas- y el club Pampas, una de las tres franquicias argentinas en el Súper Rugby Américas y la única que depende directamente de la UAR.
«En definitiva, es poca plata. Pero así y todo somos una de las tres uniones más sólidas del mundo. Es algo que dice World Rugby [N. de la R.: la entidad que regula el deporte en todo el mundo], no nosotros», se ufana Dupont. Para mantener las cuentas sanas, la UAR decidió que este año Los Pumas jueguen de local el último partido de The Rugby Championship, contra Sudáfrica en el mítico estadio londinense de Twickenham.
El 60 por ciento del presupuesto, explica Dupont, se destina al rugby amateur. Las academias y los torneos organizados por la propia entidad -como el Torneo del Interior o el Seven de la República- sirven para fomentar la competencia y foguear a los jugadores. Apenas el 40 por ciento restante queda disponible para el profesionalismo.
Además, los ingresos también servirán para el Centro Nacional de Rugby que la UAR tiene previsto levantar en el predio de 10 hectáreas en la localidad de Cardales. El proyecto prevé la construcción de cinco canchas de césped natural, una sintética, gimnasios y oficinas, y se proyecta que esté finalizado en el segundo semestre del año próximo.
Cuando aparece un posible sponsor en el radar, lo primero que hace la UAR es sentarse a ver cómo se complementan y qué beneficio pueden obtener ambas partes.
Por casi 30 años
Visa es la marca con la relación de más larga data que tiene el rugby argentino. La compañía se sumó a la camiseta de Los Pumas en 1996 y desde entonces, no solo no salió nunca, sino que fue ampliando su participación hasta convertirse en main sponsor de todos los seleccionados de la UAR.
«Llegamos cuando Los Pumas no tenían ni los logros ni el reconocimiento que tienen ahora. Fue una apuesta a los valores que vemos que tenemos en común, como la pasión, el trabajo en equipo, saber ganar y saber perder«, dice Silvana Antoniazzi, VP de Marketing para Visa Cono Sur.
En estos más de 28 años de relación, Visa buscó la manera de apoyar a la UAR con algo más que el patrocinio económico. Así, hoy ayuda a planificar los viajes de los jugadores, les ofrece el fast-pass en aeropuertos y el acceso a los lounges para que la espera sea más cómoda.
De cara a los clientes, en tanto, cada año se ve cómo se organiza el calendario deportivo y, en función de eso, se busca ofrecer experiencias. Desde entradas para los partidos de Los Pumas hasta encuentros con jugadores o la posibilidad de presenciar un entrenamiento, las opciones son múltiples.
Para las marcas, estas situaciones ponen a prueba la relación. «El vínculo se tiene que evaluar en el largo plazo. Cuando te ponés a sponsorear un deporte pueden surgir inconvenientes. Hay que tener capacitadas a las agencias de comunicación, para moderar la conversación y argumentar. Lo que vemos es que en relación con el rugby son muchos más los sentimientos positivos que los negativos», cierra Antoniazzi, de Visa.