El mercado de combustibles argentino se encuentra en plena efervescencia con la posible venta de Raízen Argentina, la sociedad que controla la red de 700 estaciones de servicio Shell y la refinería de Dock Sud. El grupo brasileño Cosan, dueño del 50% junto a la propia Shell, evalúa desprenderse de la operación local en busca de reducir su abultada deuda. La transacción, valuada entre u$s 1000 y u$s 1500 millones, es coordinada por BTG Pactual y ya despertó el interés de tres gigantes internacionales: Trafigura, Glencore y ahora Vitol.
Vitol, con sede en Suiza y operaciones en más de 10.000 estaciones de servicio a nivel mundial, se convirtió en el tercer actor global en sumarse a la licitación. El trader es uno de los mayores comercializadores de energía del planeta, con un volumen de 7,2 millones de barriles diarios, presencia en 150 aeropuertos y una capacidad de almacenamiento de 24 millones de metros cúbicos. En 2014 adquirió la operación downstream de Shell en Australia por u$s 2600 millones y hace un año mostró su intención de ingresar al mercado argentino mediante su sociedad Synergia Oil.
Cosan, en tanto, enfrenta la presión de inversores por su elevado nivel de endeudamiento tras la compra de la minera Vale, lo que la llevó a contratar a JP Morgan para evaluar alternativas de desinversión. Desde 2018, cuando pagó u$s 950 millones para quedarse con los activos de Shell en la Argentina, Raízen ejecutó un plan de inversiones de u$s 715 millones para modernizar la refinería y consolidó una participación del 25% en el mercado local, ubicándose como segundo jugador detrás de YPF.
El proceso de venta avanza en paralelo a la búsqueda de un socio estratégico para Cosan. Según medios brasileños, la petrolera estatal Petrobras podría ser uno de los candidatos a inyectar capital fresco en el grupo. De confirmarse, la operación significaría un reacomodamiento de peso en el mapa energético regional.