El acceso al crédito hipotecario en el país está cada vez más restringido. El Banco Nación elevó notablemente sus exigencias, no en tasa, sino en scoring: ahora requiere un perfil crediticio casi impecable para aprobar un préstamo, lo que deja fuera a muchos solicitantes potenciales que antes podían calificar.
Una restricción que va más allá del Nación
Banco Ciudad y Banco del Chubut decidieron pausar sus líneas hipotecarias. En el caso del Ciudad, se aclaró que “las carpetas ya ingresadas continuarán su trámite, pero no se aceptarán nuevas hasta que no se reactiven las líneas”. El Banco del Chubut también interrumpió momentáneamente la operatoria, aunque en los hechos ya comenzó a retomar algunos préstamos.
Hasta la suspensión, Banco Ciudad ofrecía tasas nominales anuales del 9,9% en general y de 4,5% en zonas preferenciales de la Ciudad de Buenos Aires, con montos de hasta $350 millones. La entidad había otorgado alrededor de 2.800 préstamos hipotecarios, por un total superior a $252.000 millones.
En tanto, Banco del Chubut manejaba condiciones todavía más atractivas, con tasas del 6% para primera vivienda y del 8,5% para segunda, y montos de hasta $230 millones.
Suba de tasas en otros bancos
Paralelamente, otras entidades no suspendieron líneas pero sí aplicaron fuertes incrementos de tasas. Banco Macro alcanzó una TNA cercana al 15%, mientras que Banco Galicia llegó al 11,5% para quienes acreditan haberes en la entidad y 13,5% para quienes no lo hacen. Ambos financian hasta el 70% del valor de la vivienda, con plazos de hasta 20 años y cuotas que no superen el 25% de los ingresos familiares.
Otros bancos también ajustaron condiciones: Santander aplica tasas del 12,5% al 14%, Supervielle ofrece una TNA del 8,5%, y BBVA financia hasta 80% del valor de la propiedad con tasas desde el 9,5% para clientes que cobran sueldo en el banco.
Señales de un mercado frágil
El motivo detrás de estas decisiones es la falta de fondeo a largo plazo, que dificulta sostener préstamos a 20 o 30 años. Sin un mercado secundario que permita securitizar carteras, los bancos se ven obligados a subir tasas, restringir condiciones o directamente suspender líneas.
A esto se suma el aumento del dólar en los últimos 50 días —casi $200 de suba acumulada— y el clima de incertidumbre preelectoral, factores que alimentan la cautela de las entidades financieras.
El impacto sobre el sector inmobiliario es directo: el crédito hipotecario representa aproximadamente el 20% de las operaciones de compraventa en el país, y su freno puede tener un efecto multiplicador negativo sobre inmobiliarias, constructoras y desarrolladores.
Analistas como Fabián Achával consideran que la ralentización en la otorgación de créditos obligará al mercado a reconfigurarse estructuralmente, mientras que otros especialistas plantean que habrá que esperar al próximo año, dependiendo del resultado electoral, para que se reactive el financiamiento hipotecario.