La migración de población hacia barrios y ciudades del oeste de Rosario, como Fisherton y Funes, a partir de las nuevas tendencias urbanísticas y habitacionales que de alguna manera sugirió la pandemia, trajo no solo como resultado un auge en la construcción de nuevos edificios y condominios, sino que también comenzó a despertar la demanda por oficinas comerciales en las zonas.
Es que, si bien las familias, los profesionales independientes y algunas empresas siguen mirando con simpatía el home office, también es cierto que muchos, una vez mudados, buscarán trabajar fuera de sus hogares, pero sin la necesidad de ir hasta el Centro de Rosario, por lo que nuevos formatos de oficinas podrían absorber esa demanda.
Andrés Gariboldi, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario, afirmó a El Occidental que “evidentemente, van a ser demandas por gente de la zona para evitar los traslados”. Incluso, señaló que en los centros comerciales a cielo abierto de los barrios “está creciendo la ocupación de locales”, es decir, “la gente está tratando de consumir en comercios de proximidad, y creo que esto también se viene en el rubro oficinas”.
“Se nota que hay un mayor público que va a vivir a Fisherton y ese crecimiento poblacional se está dando igual que en Funes, donde nos estamos encontrando con los primeros edificios, desarrollos de condominios, y eso va a tener demanda de lugares de trabajo también”, remarcó.
En la misma sintonía, Marcelo Zanni, de la inmobiliaria homónima con vasta trayectoria en zona oeste de Rosario, consideró que “con el avance que han tenido Fisherton y Funes, sobre todo, hay gente que ya realmente no quiere ir al Centro de Rosario y se queda en su barrio”.
Con el avance que han tenido Fisherton y Funes, sobre todo, hay gente que ya realmente no quiere ir al Centro de Rosario y se queda en su barrio
Consultado por las características que tendrían este tipo de productos, Gariboldi opinó que serán “conceptos distintos a los que podemos encontrar hoy en el Centro, en edificios de 30 o 40 años, con oficinas de 15 o 20 m2, que hoy tienen prácticamente escasa demanda”.
En ese sentido, sostuvo que los nuevos formatos podrían disponer de mayor amplitud, así como también contar con paneles vidriados, aislaciones térmicas y acústicas, superficies libres y adaptables, pisos técnicos e instalaciones que permitan el ahorro energético. “Es decir, oficinas triple A”, señaló y agregó que este estilo de oficinas “posiblemente pueda funcionar con espacios de coworking para profesionales independientes o radicación de empresas que quieran salir del Centro para evitar problemáticas de traslado y estacionamiento”.
De hecho, ya se vislumbran proyectos que van en esa dirección, como ser Plaza Tierra Nueva, Fisherton Plaza o el complejo que se levantará donde funcionaba el centro comercial Villa Margarita.
“Creo que la demanda de oficinas va a empezar a aumentar porque, una vez que se traslade toda la gente a los condominios que se están construyendo, muchos van a querer hacer su vida completa acá”, expresó Zanni.
Respecto a precio de alquiler, el empresario inmobiliario estimó que rondaría entre 600 y 800 dólares en promedio, al tiempo que Gariboldi complementó: “Seguramente, nos vamos a encontrar con un mejor producto, por el que posiblemente haya que pagar un poco más respecto al Centro de Rosario, donde la demanda es baja y hay propietarios dispuestos a escuchar propuestas”.
