«Cruci» ya trabaja 100% desde su nueva sede, prevé inaugurar nueva torre a mediados de 2023 y desembarca con producto en la costa argentina

Bajo una nueva denominación, la compañía de entretenimiento busca posicionar e integrar todas sus líneas de producción

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Crucijuegos ya trasladó la totalidad de su núcleo operativo a la planta de Wilde y Autopista, mientras espera terminar las obras de la nueva torre a mediados del año que viene.

Según explicaron desde la compañía, la totalidad de su plantel ya trabaja íntegramente en la planta ubicada más específicamente en Ezeiza 1631. Conforme indicaron desde la empresa, actualmente son más de 200 colaboradores quienes se desempeñan en la imponente infraestructura.

El último movimiento fue la llegada del personal comercial y de administración, en nuevas oficinas provisorias estilo coworking. Sin embargo, aclararon que se espera que para mediados del año que viene quede finalizada la obra de la torre de cinco pisos y 2.500 metros cuadrados divididos por áreas (comercial, diseño, administración y gerencia).

La muda de la actividad de la empresa implica también una reestructuración de la marca. Sus dos unidades de negocio, Crucijuegos Salas y Crucijuegos Insumos funcionarán en una sola área denominada Cruci. De acuerdo a lo expuesto por el área de comunicación Comunicación y Marketing, se trata de una estrategia para posicionarse no solo por los juegos, sino también por el resto de las líneas de productos, como el mobiliario urbano de hormigón o las instalaciones de plástico reciclado.

Con respecto a este último punto, la empresa especializada en entretenimientos inaugurará el próximo sábado 19 de noviembre una nueva plaza en la ciudad de Carilo. Se trata de una nueva donación, con motivo de celebrar su aniversario número 30.

A través de esta acción, Crucijuegos pone un pie en la costa argentina, con la instalación de un mangrullo perteneciente a la línea «Refugio del Bosque», en la plaza Héctor Guerrero. El producto está caracterizado por estar hecho en mayor medida en base a plástico reciclado proveniente de tapas y deshechos. Según indicaron desde la fábrica, se trata de un concepto inspirado en cabañas, donde los niños pueden jugar y encontrar un refugio. La técnica de construcción está basada en tablas y listones simil madera de diferentes tonalidades, que se utilizan como material fundamental.

A su vez, los toboganes del juego están compuestos por diferentes piezas fabricadas en plástico rotomoldeado, un material ideal para este tipo de elementos al aire libre, ya que no requiere de mantenimiento y es de fácil limpieza.

Además del mangrullo, Crucijuegos donará mobiliario de hormigón, una línea que surgió como complemento para sus juegos tradicionales, pero que en el último tiempo se ha posicionado y adaptado a todo tipo de espacios. Finalmente, se instalarán juegos para la primera infancia.

Según aclararon desde la empresa, el proyecto es integral y acompaña todo el cambio de la firma al mutar de Crucijuegos a Cruci, involucrando y posicionando todas sus líneas de producción.

 

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