Cuarenta desarrollistas cordobeses invertirán US$970 millones para transformar 30 hectáreas donde había una cárcel y una villa

El plan maestro, diseñado por el estudio Mario Roberto Álvarez y Asociados —creadores de Aqualina en Rosario—, consolida a Córdoba como la provincia donde el sector privado marca la agenda de la política urbana.

Compartir:

Córdoba vuelve a dar señales de que su motor empresario no descansa. Esta vez, la noticia no viene de un grupo aislado, sino de un colectivo inédito: 40 desarrollistas que decidieron asociarse para llevar adelante un megaproyecto urbanístico de US$970 millones en 30 hectáreas del sur de la ciudad, donde antes funcionaban una cárcel provincial y una villa de emergencia.

La iniciativa, impulsada por la Cámara de Desarrollistas Urbanos de Córdoba (Ceduc), propone una reconversión integral del área de Güemes Sur, con viviendas, oficinas, espacios culturales y un gran parque central de nueve hectáreas. Pero lo más relevante no está solo en los planos: está en el modelo. Por primera vez, es el sector privado cordobés el que diseña la estrategia de crecimiento urbano y marca la agenda de la política pública.

El plan maestro fue encargado al estudio Mario Roberto Álvarez y Asociados (MRA+A), referente de la arquitectura moderna argentina y creador de proyectos icónicos como Aqualina en Rosario, una de las torres residenciales más emblemáticas del país. La elección no es casual: busca dar jerarquía técnica y continuidad a un modelo de ciudad densa, integrada y con identidad contemporánea.

El proyecto prevé 850.000 m² de vivienda y otros 200.000 m² de servicios y subsuelos, con edificios de entre 10 y 60 metros, espacios verdes y usos mixtos que garanticen vida urbana continua. La antigua cárcel será convertida en polo educativo y cultural, como símbolo de transformación social.

Para su implementación, la Municipalidad envió al Concejo Deliberante una nueva figura urbanística —los Polígonos de Actuación Concertada— que permitirá a los desarrolladores adherir voluntariamente a cambio de reinvertir parte de la plusvalía en infraestructura y servicios. Es, en los hechos, una forma moderna de gestión compartida entre lo público y lo privado.

“La cámara decidió cambiar su posición pasiva frente al desarrollo de la ciudad y pasar a ser protagonista”, explicaron desde Ceduc, entidad que hoy nuclea a los principales grupos del sector y que se consolidó como interlocutor estratégico ante el Estado.

El sur cordobés, históricamente postergado, se convertirá así en escenario de una transformación sin precedentes, donde el empresariado local deja de limitarse a construir edificios y pasa a pensar la ciudad como un todo. La inversión promete generar unos 15.000 empleos directos durante los 12 años de ejecución del plan, pero sobre todo, posicionar a Córdoba como ejemplo de planificación y trabajo en equipo.

En un país donde la agenda urbana suele depender de la política, Córdoba invierte la lógica: son los desarrollistas quienes definen prioridades, proponen normas y articulan con el Estado una nueva forma de hacer ciudad. Y lo hacen, fiel a su estilo, jugando en equipo.



Otras Noticias