Por Fabiana Suárez
En ocasión de visitar al empresario Carlos Solans, para un mano a mano con El Occidental, se puede experimentar el contraste entre el movimiento moderado de la calle con la vida interna de La Reina de calle Oroño al 3400, supermercado emblema de la zona sur.
La gente explorando góndolas, el sonido de los scanners en las cajas, los repositores alistando productos, generan un microclima de trabajo y consumo propio de una empresa que goza de buena salud.
Junto a La Gallega, son los sobrevivientes del supermercadismo local, los que lograron un alto grado de profesionalización para competir de igual a igual con el desembarco de los “hipermercados” de grandes grupos nacionales y multinacionales.
En sus oficinas ubicadas en el primer piso del establecimiento, otro escenario que devela el frenesí del particular negocio, entre empleados que cruzan de una oficina a la otra, y nuevos postulantes que esperan ansiosos una entrevista, aparece Carlos Solans a recibirnos.
Carlos lleva el mismo nombre de su padre, un empresario referente en el apogeo del supermercadismo rosarino, quien indudablemente influyó en la vocación laboral de su hijo.
“De chico estuve entre góndolas y changos. Acompañé a mi padre desde los 7 años, solo cuando fui a Buenos Aires a estudiar la carrera de contador estuve alejado de la empresa. El 15 de diciembre me recibí y el 17 de diciembre estaba trabajando acá”.
Con más de 30 años en un negocio familiar de alta sensibilidad social, lleva la experiencia de las crisis económicas recurrentes, advirtiendo que en este caos constante “ya nos acostumbramos y lo naturalizamos”, con una consecuencia inexorable: “Estamos quemando generaciones sin cultura de trabajo”.
Estamos quemando generaciones sin cultura de trabajo
Visiblemente esquivo a tocar cuestiones de política partidaria, cuando se le pregunta qué esperás de la clase dirigente responde: “que me dejen trabajar, hacer lo que quiero. No estoy buscando con esto estar en una zona de confort, todo lo contrario, asumo riesgos como un montón de empresarios de Argentina”.
Sobre su fórmula para sobrevivir a los avatares del país, Solans explica: “Lo que hicimos en el camino de la crisis es acomodarnos rápido, es un lindo activo que tiene esta empresa”
Convencido que la política de precios máximos “es más para mostrar que se quiere hacer algo que lo que se logra efectivamente», le genera especial antipatía cuando se habla de “supermercadismo remarcador”: “Los supermercados trasladamos aumentos. No se puede hablar de supermercadismo remarcador, nosotros competimos entre todos y el que se despega con precio, el mercado lo vuelve a traer.
Creer que una política de precios máximos generados con productos de proveedores, en su mayoría de Buenos Aires, donde llegan a Rosario no más de 300 o 400 productos que representan no más del 4 o 5% de facturación de la cadena familiar, es no entender el problema.
El tema de achicar gastos del Estado sería el camino, pero choca con el asistencialismo, la cantidad de empleados públicos, tarifas subsidiadas, …son cuestiones electoralistas que nadie quiere cambiar. Es un problema de base”.
Escéptico con la posibilidad de cambios estructurales que destraben las fuerzas productivas de la nación, su desencanto lo lleva a no esperar más de las políticas económicas de turno: “solo sé que me tengo que adaptar a las circunstancias del momento”.
El desembarco de La Reina en Funes
La Reina de Funes será su tercera boca de expendio. Estará ubicada dentro del predio Vida Multiespacio. Este nuevo local -que se suma a los de San Martín y Ayolas y Oroño y Saavedra, en Rosario- será el de mayor superficie de la zona de Funes, proyectando una gran espacialidad que permitirá una distribución interna que brinde mayor comodidad y mejor logística a clientes, proveedores y colaboradores.
Durante nuestra charla, queda muy claro que la decisión de llegar con un nuevo supermercados a esta ciudad, demandó años de una minuciosa evaluación. Cabe recordar que las cadenas de supermercados están fuertemente reguladas por una ley provincial de grandes superficies, normativa que obliga a estas empresas a para la pelota antes de jugar cualquier movimiento.
“Tenemos una ley la 12069 (Régimen Legal para los Grandes Establecimientos Comerciales) del 2002, que impone un tope para las aperturas que me generó un techo en Rosario.
Funes tiene un crecimiento demográfico muy interesante con una tasa similar a la Pilar de hace algunos años. Y el hecho de tener restricciones de countries en Rosario, le dio a Funes la posibilidad de recibir una cantidad importante de barrios cerrados”.
La estratégica ubicación del lugar también tiene un porqué a tono con el perfil práctico que define a Solans: “Venía siguiendo Funes, habíamos visto algunos terrenos pero quería un predio ya habilitado para comercio”, concepto que naturalmente lo lleva a evaluar el espacio comercial que el barrio privado vida tiene frente a sus puertas.
“A fines del 2020, en plena pandemia, Caco Rossetti nos convoca, el ya nos conocía como empresa, sabía de nuestro modelo de trabajo”
A fines del 2020, en plena pandemia, Caco Rossetti nos convoca, el ya nos conocía como empresa, sabía de nuestro modelo de trabajo
Si bien toda locación comercial cerca de los barrios privados apunta a captar el segmento de mayor adquisitivo de la ciudad, ante esta apreciación el empresario aclaró: “Yo trabajo con toda la gente, con el que gana mucho y el que gana poco. No puedo sacrificar un modelo de negocios
Trabajar con un target es trabajar con una superficie chica de 500 metros cuadrados, yo voy con mi propio depósito y voy a tener una variedad de productos para el bolsillo del que quiere llevarse un vino de 4000 o 5000 pesos y el que quiere llevar un vino más económico. Tengo que estar para todo el mundo
La superficie chica es otro modelo de negocios. El mio es de medianas a grandes superficies y estamos dentro del marco de esa ley”
La famosa normativa para las grandes superficies demandó un arduo estudio demográfico y de impacto ambiental de la ciudad, que La Reina encargó a una consultora. Se sabe que Argentina no es el país precisamente de las estadísticas, la contratación de un trabajo profesional era determinante para la millonaria inversión de la empresa rosarina:
“Cuando esta ley se genera, cada ciudad y comuna debía adherir o no. Rosario lo hizo, Funes hace 20 años atrás no tenía esta disyuntiva -el censo de Funes en el 2010 era 23.000 habitantes
Si bien los funcionarios me invitaron a estar y me facilitaron la habilitación, yo tenía que tener en cuenta la ley porque permite que en lugares donde hay falta de cantidad de metros cuadrados habilitados como comercios, se puede abrir. Esto se llama Coeficiente 8, toma la cantidad de habitantes de la ciudad, lo divide por 8 y eso da la cantidad de metros cuadrados habilitados de área de servicio. En función de esto, tuvimos que averiguar que cantidad de habitantes tiene Funes porque no hay un censo reciente
Validamos esa cantidad con un estudio demográfico y de impacto ambiental a través de una consultora. El estudio arrojó que la ciudad tiene alrededor de 85.000 habitantes estables, no de fin de semana. La municipalidad nos aportó un número similar y solicitamos una cantidad de metros cuadrados un poco por debajo a la permitida.
Mi objetivo era estar dentro del marco de esta ley, porque protege nuestra inversión, no puedo arriesgar capital de trabajo”, fundamentó Solans subrayando la importancia de un marco legal, mínima seguridad jurídica que requiere una empresa de este sector.
Los recursos humanos y el valor de la “oportunidad”
Cuando salieron las primeras noticias de la llegada de La Reina a la ciudad, la empresa se vió gratamente sorprendida por la llegada de ofrecimientos de trabajo: “recibimos 1.700 curriculums a partir de la noticia de nuestra llegada a Funes”
recibimos 1.700 curriculums a partir de la noticia de nuestra llegada a Funes
Sobre su política de recursos humanos, Solans aseguró:
“Tal como lo hacemos en Rosario queremos brindar oportunidades de trabajo.
Remarco la palabra oportunidad, en la vida dependiendo cual puerta se te abra es definitoria para tu futuro”.
La Reina se destaca además por llevar una política inclusiva, tarea que realiza junto a entidades intermedias y el propio municipio de Rosario.
“Hacemos un trabajo muy importante de inclusión de personas trans, de jóvenes con síndrome de down y otras patologías, que los dejan fuera del sistema laboral”
Hacemos un trabajo muy importante de inclusión de personas trans, de jóvenes con síndrome de down y otras patologías, que los dejan fuera del sistema laboral
Dentro de nuestro programa de inclusión la empresa cuenta con la figura de un padrino o tutor encargado de hacer el seguimiento y la asistencia a estos empleados que inician por primera vez un trabajo.
“La gente lo toma muy bien pero siempre hay que estar atento a situaciones en las que pueden pasar un mal momento.
Hacemos un buen trabajo con los recursos humanos en Rosario y lo queremos repetir en esta ciudad”.
